Este año de gobierno ha dejado devastado al país. La fuerza pública está arrodillada ante la delincuencia, la paz total en realidad es violencia desenfrenada, el precio de la gasolina sigue en aumento y el presidente no enfrenta los problemas, sino que se va de paseo. Estas son las 7 perlas del gobierno del cambio:
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Uno: A un año de su gobierno, comenzaron a salir los “trapitos al sol” de la financiación de su campaña. Todo inició con el destape de Benedetti y Laura Sarabia, que al parecer conecta perfectamente con los Petro Videos y el reciente escándalo de Nicolás Petro, su hijo, quien afirmó recibir dineros irregulares para la campaña de su padre, según él, sin confirmárselo.
Da terror la financiación de la campaña a la presidencia. Benedetti, Sarabia y Nicolás Petro tienen que responderle al país, ¿de dónde salió todo ese dinero? ¿Quién financió la campaña? Aún hay muchas dudas y pocas respuestas.
Dos: La delincuencia es quien gobierna al país. El Ministro de Defensa es inexistente, los grupos armados ilegales están tomando el control del país. Ejemplo claro, los enfrentamientos en el sur del país y las pancartas y símbolos de los grupos armados ilegales como el Clan del Golfo, las disidencias de las FARC y el Tren de Aragua en varias ciudades del país. Los grupos al margen de la ley se han fortalecido y le están mostrando a Petro que ellos son los que pretenden gobernar en Colombia.
Tres: Su paz total está por encima de los ciudadanos, los criminales y las víctimas. Nombrar a Mancuso como gestor de paz es irrespetar a todos los colombianos. ¿Por qué el Presidente insiste en trabajar de la mano con las personas que tanto mal le han hecho a Colombia?
Cuatro: Reformas en reversa. El cambio quiere acabar con el país y los colombianos debemos defenderlo. No se puede permitir que se terminen más de 450 mil empleos con la reforma laboral y se destruya el sistema de salud, uno de los mejores sistemas del mundo.
Cinco: Con Petro los bogotanos estamos sin metro. El tire y afloje entre Petro y la alcaldesa Claudia López no le está dejando nada bueno a los bogotanos. Desde que él asumió la presidencia se enfrascó en su capricho y abusó de su poder amenazando la financiación del proyecto que mejorará la movilidad de los bogotanos. Quiere seguir condenando a los ciudadanos a que vivan en la ciudad más congestionada del mundo.
Seis: Ser delincuente paga. Petro quiere comprar a los delincuentes con un millón de pesos para que no maten. Además, busca financiar a la guerrilla del ELN para que no secuestre. A este descaro llegó el gobierno nacional, a premiar la ilegalidad.
Siete: EL ELN aprovecha la incertidumbre de la “paz total” y el desgobierno de Petro bajo la supuesta negociación para seguir intimidando a la ciudadanía y masacrando a nuestra fuerza pública. Las regiones de Antioquia, Bajo Cauca y Magdalena Medio son las más abatidas por estos delincuentes.
Definitivamente el cambio no fue en primera, fue en reversa.