Pareciera difícil de leer lo que pasa con Anuel. Personalmente no creo más, sino que se trata de un oportunista, quien al ver la popularidad de Karol G intenta crear un efecto para llamar la atención y mantenerse vigente. (Si es una estrategia de marketing, alguien debería pedir reembolso en la universidad porque es fatal), y eso de que hablen mal o bien con un tema como el de su camiseta es sencillamente nefasto.
Yo creo que el efecto logrado es todo lo contrario, que se muestre definitivamente como alguien que está buscando mantenerse “vivo” en medios y redes atacando a la bichota y su nuevo novio, Feid, haciendo el show incorrecto, el patético. A rey muerto rey puesto. Anuel da lástima al no reconocer que hace tiempo lo sacaron del camino (por su propia culpa).
La imagen de la camiseta “eres mía”, deja un mensaje aterrador y equivocado en medio de una sociedad en la que pese a la visibilización de esta problemática sigue siendo una realidad cotidiana y, ante todo, peligrosa.
Preferiría no escribir sobre este señor para no darle publicidad, pero no quise dejar pasar esta oportunidad para decir claramente que su mensaje es un error, que nadie es dueño de nadie y que este tipo de comportamientos solo dejan ver una personalidad trastornada.
Gracias a este erróneo comportamiento, he oído mucho “los hombres son iguales, no es sino que se consiguiera uno mejor, para que volviera a joder, tal cual como mi ex” y muchas cosas de este calibre, y alzo mi voz porque no podemos generalizar y/o afirmar que todos los hombres tengamos este tipo de comportamientos.
Hay miles, millones de hombres que tienen mentes y relaciones sanas, enamorados, fieles y unos humanos, que también la embarran, pero que siguen con sus vidas y dejan ir. No puedo dejar de pensar en que, en el transcurso de nuestra vida, de seguro hemos metido la pata en nuestra manera de relacionarnos con ellas, no lo desconozco, pero también somos agentes de cambio, ese es el fin de hablar de este tema, porque el mensaje del “artista” es clasificable como violento y si miramos las cifras en nuestro país, los números cada día son más preocupantes.
Según datos de No es hora de callar, movimiento liderado por la periodista Jineth Bedoya, y que busca combatir la violencia de género, a marzo de este año llevábamos 77 feminicidios, durante 2022 fueron 259 y durante el año pasado fueron más de 47.771 casos de mujeres víctimas de violencia intrafamiliar.
Hay quienes dirán que la camiseta de Anuel no tiene nada que ver con estas cifras, en lo personal creo que tiene todo que ver, o vamos a negar lo que pasó en un centro comercial de Bogotá hace unas semanas cuando en un acto terrible se desató la tragedia de una mujer asesinada por su expareja sentimental en público y de manera enfermiza.
Lo de la camiseta de Anuel no es solo el comentario de “ay mk ya, supéralo” respondiéndole un poco con su propia medicina, es el ejemplo equivocado.
“El mejor ejemplo de machismo que justifica que los hombres son dueños de”, afirma Jineth Bedoya, a quien consulté su opinión.
Esta no es una columna machista ni feminista, pero se supone que estamos en un mundo que busca el equilibrio, que pretende erradicar viejos comportamientos, que valora aún más el papel de la mujer en todos los roles de la sociedad, pero no entiendo cómo a la hora de escribirla, la publicación de Anuel en su Instagram tenga más de 3,6 millones de likes… A esas personas que le dieron “Me gusta”, ¿todo bien en casa?