Recuerdo perfectamente lo que sentí cuando escuché por primera vez el Violator(1990) de Depeche Mode. Yo había descubierto a la banda un par de años antes con el 101 (1989). Aquel epílogo de una historia de amor entre la banda y el público norteamericano, reflejada en un concierto increíble grabado en Pasadena California. Ahí DM sacaba lo mejor de su repertorio de los ochenta, incluyendo el que era su más reciente álbum de estudio, Music for the Masses (1987). 101 era un disco festivo, una celebración del Synth Pop en su mejor momento. Por eso fue tan sorprendente escuchar el Violator, un disco, fuerte y rockero, pero estilizado. Las guitarras ocupaban un lugar primordial. Nada quedaba de quienes cantaban festivamente I Just Can´t Enough. La banda entendía y avizoraba la década que estaba empezando, mucho antes que otros músicos. Pero ese cambio lejos de asustarme me encantó. Estaba ante una banda que había llegado al siguiente nivel, y no seguir detrás de ella era imposible.
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Y es que DM ese ha caracterizado por compartirnos los estados en los que están cuando graban los discos, poco les importa lo que la disquera diga. Cada disco solía ser totalmente distinto al anterior, y mientras tanto nos enterábamos en sus canciones de sus problemas con las drogas y el alcohol, lidiar con la fama e incluso sus amores y desamores. De manera muy honesta DM ha cantado y sonado como han vivido. Los vemos caer y levantarse. Dejando en el camino clásicos como Songs of Faith and Devotion (1993), Ultra (1997), o Playing the Angel (2005). Obras maestras de un grupo único y genial.
En 2017 lanzaron Spirit. Un álbum de tinte político y activista, en pleno auge del Trumpismo y el Brexit. Musicalmente era potente y combinaba muchos de los sonidos de sus álbumes anteriores. Fue promocionando ese álbum que vinieron por segunda vez a Colombia, dando un concierto memorable.
Hubo varías canciones del Spirit que Gore decidió guardar para el siguiente álbum. Después de eso vino la pandemia y la banda se tomó un descanso, y cuando estaban a punto de empezar a grabar, llegó la trágica noticia: la muerte de Andy Fletcher el 26 de mayo del 2022. Fue una noticia que conmovió a la banda y todo el mundo de la música. Fletcher había sido miembro original, y pieza fundamental en ayudar a darle el sonido a las letras de Martin Gore, y la voz profunda de Dave Gahan. Pero además habían perdido a su gran amigo y compañero. Una pérdida irreparable.
Y aunque los dos miembros restantes pensaron en no seguir, finalmente decidieron ya como dueto, trabajar en el material que Gore había empezado trabajar en Spirit. El resultado es Memento Mori (sacado del concepto clásico del latín “recuerden que tenemos que morir”). El título de entrada deja claro que la muerte será la protagonista del álbum. La muerte ha sido un tema recurrente en toda la historia de DM, ya que varios de sus protagonistas la han sentido cerca. Pero nunca la habían abordado así, como un hecho que fracturó la banda, y con el vacío del que ya no está.
Sonoramente el álbum recuerda algunos de sus trabajos de los años ochenta, especialmente el Black Celebration (1986) con teclados oscuros y sonidos densos. Líricamente es un viaje por las distintas fases del duelo. Escucharlo en orden funciona muy bien para entender esas etapas. No todas las canciones hablan de eso. Por ejemplo, el primer track My Cosmos is Mine fue la última canción escrita, y fue inspirada en la invasión de Rusia a Ucrania. Pero si hay alguna despedida a Fletcher, esa es Ghost Again, el primer sencillo del álbum. Llena de nostalgia tanto en la voz como en los teclados, es un punto altísimo que pudo pertenecer a cualquiera de sus trabajos clásicos. Con un coro que lo dice todo.
Sunday’s shining
Silver linings
Weightless hours
All my flowers
A place to hide
The tears that you cried
Everybody says goodbye
Faith is sleeping
Lovers, in the end
Whisper we’ll be ghosts again
El álbum pierde un poco de fuerza justo antes de la mitad, para después despegar de nuevo con Caroline´s Monkey (Mi favorita personal). Una canción sobre la adicción, con un mood perverso pero pegajoso, y con pedazos memorables.
Fading’s better than failing
Falling’s better than feeling
Folding’s better than losing
Fixing’s better than healing
Sometimes…
Y después viene la parte más interesante del álbum: La del cierre, con tres canciones increibles. Always you es una canción de amor en un mundo destruido, Never let Me Go, la única con guitarras y distorsiones. Y finalmente Speak to Me, una canción existencial, escrita por Gahan sobre la conciencia y buscar respuestas. La canción termina con una explosión de sonidos que le dan el cierre perfecto a un disco memorable.
Recuerden que hay que oír Memento Mori. Hacerlo más de una vez hasta no poder parar. Memento Mori es un disco de duelo, y un adios al compañero que se fue, pero es mucho más que eso. Es una banda aceptando su nueva realidad. Es una reflexión sobre la muerte, la soledad, la condición humana y todo lo que se ha roto en este último tiempo. Y cuando Depeche Mode decide hablar sobre estas cosas, nadie lo hace mejor.