El caos, los trancones, la inseguridad y las bandas delincuenciales están gobernando Bogotá. Mientras la Alcaldesa invierte la mayoría de su tiempo y los recursos del Distrito en maquillar la realidad con publicidad, los bogotanos sentimos que la ciudad está cada vez peor. En 2022 el índice de hurto se incrementó en un 25% con respecto al año anterior y solo en enero del 2023 se registraron 14.236 casos de hurtos en la ciudad, cifra que seguramente es muy superior en la realidad dado el subregistro.
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Asimismo, en la última encuesta de la Cámara de Comercio del año 2022, el 88% de los ciudadanos manifestaron que los problemas más preocupantes de la ciudad son: La inseguridad, los homicidios y los hurtos.
La situación de inseguridad que se vive en Transmilenio es otro de los tormentos que padecen los usuarios del sistema. Los buses de Bogotá no solo son deficitarios, incómodos e ineficientes, también son un enorme foco de inseguridad.
De acuerdo a las cifras de la Secretaría Distrital de Seguridad, para el último mes del año 2022 el hurto en el sistema se incrementó 135,5% con respecto al año
2021.
Los ciudadanos estamos agobiados con la política de desgobierno de Claudia López, pero en estos largos tres años de López al mando hay un patrón que se ha repetido: evadir la responsabilidad política. Si bien, la Alcaldesa no es la primera persona en convertir la Alcaldía en un trampolín a la presidencia, no recuerdo a un mandatario con un discurso tan acomodaticio y errático. López el lúnes se disfraza de izquierdista, el martes de liberal y miércoles de populista punitiva, siempre al vaivén del “aplausometro”.
En campaña prometió mano dura, dijo que sería la jefa de la Policía: “Temblaron los corruptos, temblarán los ladrones”, pero más allá de las consignas y las puestas en escena, lo que hemos visto es una incapacidad inocultable para manejar el problema.
En el centro de todo está la estrategia de comunicación, hace poco Claudia López invitó a los ciudadanos a manifestarse en contra de la reforma al código penal del presidente Petro, argumentando impunidad. López instrumentaliza el miedo de los ciudadanos para favorecer su imagen y hacer populismo punitivo.
Le importa mucho más su imagen que la seguridad de los bogotanos; no es disfrazada de militar o relativizando los derechos de los ciudadanos privados de la libertad como se va a mejorar la inseguridad.
A menos de un año del final del gobierno difícilmente cambiará la situación, López seguirá tratando de detener su caída en las encuestas, mientras la ciudad sigue en manos del crimen.