Qué fin de semana para ser arquero el que pasó. La verdad es que el destino fue cruel las 24 horas que recorrieron el 18 y el 19 de febrero con los que se encargan de evitar los bombardeos dentro de su guarida de 7,32 x 2,44. La compañía de la fatalidad terminó siendo la constante para tres muy buenos porteros: Nick Pope, Emiliano Martínez y Jorge Soto.
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Primero vamos con Pope, que hasta este domingo era el exitoso guardián de la portería del Newcastle, club convertido en la revelación de la Premier League. Las urracas, que hace años no eran capaces de apuntarle a la posibilidad de ocupar los primeros puestos y que durante casi dos décadas se la pasaron en la medianía de la tabla, o incluso en la segunda división, hoy coquetean con la cima gracias a la millonaria inversión hecha por Mohamed Bin Salman -el magnate saudí que seguirá siendo señalado con el índice por haber sido, al parecer, el apuntado por el horrendo crimen de Jamal Khashoggi, torturado y asesinado en la embajada de Arabia Saudita en Estambul- en la institución, que andaba refundida en la mediocridad cuando era de Mike Ashley, un burro que condujo al Newcastle durante 14 años con exitoso fracaso. Y ahí anda Pope, volador y que ya acumula dos Mundiales como suplente de Pickford en Inglaterra.
Contra Liverpool se vio sorprendido por un saque largo de Allison, su colega de Liverpool que aprovechó su buena pegada para generar un contragolpe con Mohamed Salah. Pope salió de su zona de confort -las 18- para repeler el peligro. Cuando la pelota llegó a sus predios quiso cabecear el balón para enviarlo a la banda, pero calculó muy mal la distancia y terminó atrapando el balón con sus manos en una de las más insólitas intervenciones ocurridas en años. Lo peor es que con la roja a Pope, Newcastle sufre porque probablemente su titular no pueda estar presente en la final de la Copa de la Liga. Su reemplazante prendió las alarmas entre los hinchas: sería Loris Karius, el rey del blooper en aquella final de Champions entre Real Madrid y Liverpool.
Ahora vayamos donde Dibu Martínez. Incluido en la terna para ganar el premio The Best a mejor arquero, les dio de comer alpiste a esos que lo odian por cuenta de sus celebraciones con Argentina. La mala suerte lo cobijó en el duelo contra Arsenal en el momento que un disparo del rival y que pegó en el travesaño, le pegó de rebote en la cabeza y transformó un empate 2-2 en el 92, en una derrota sin tiempo para revertirla. Consciente de eso se fue a buscar el milagro en un corner a favor del Aston Villa pero todo concluyó en una salida veloz de Arsenal y un gol a puerta vacía de Martinelli que selló el 2-4 final.
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Y al final Jorge Soto, arquero del difícil Jaguares que fue a visitar a Millonarios. El maravilloso trabajo de contención de los de Montería tenían muy complicado a Millonarios pero ahí el pobre Soto fue determinante en el desequilibrio del partido: sin saberse bien aún por qué, decidió salir a buscar un balón dividido con los pies en un sector muy lejano a su portería. Y puso mal el pie, hecho que, ayudado por el césped mojado, generó una confusión aprovechada por Cortés, que marcó el 1-0 y abrió una lata muy compleja para los azules que, hasta ese fallo, naufragaban en pro de ser importantes en el encuentro.
Los tres hoy son condenados. Mañana es probable que puedan tener una revancha.