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Un llamado de atención para ayudar a reducir el hambre en Colombia

Sergio Rengifo, director ejecutivo del Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo Sostenible, nos habla de los retos de la sostenibilidad.

La seguridad alimentaria es un tema de debate común entre las diferentes organizaciones alrededor de todo el mundo. Una alimentación de calidad, es decir accesible y asequible, contribuye al progreso de una sociedad así como también a la educación, el trabajo decente y las ideas innovadoras que permitan el desarrollo sin dejar de lado el medio ambiente. Así mismo, es el indicador que permite identificar una sociedad que tiene desafíos como la pobreza, la desigualdad y un bajo desarrollo económico. También, la seguridad alimentaria es una oportunidad para fortalecer el desarrollo de los países y por consiguiente de las empresas. Para un futuro sostenible este tema es eje central y por lo tanto debemos tomar las mejores decisiones entendiendo los desafíos y las realidades del país, pero aún más importante de los territorios alejados de las ciudades capitales.

En este sentido, quiero traer a colación un debate que se está llevando a cabo en el país sobre el tema de la seguridad alimentaria, y he llegado a una conclusión, escuchando y leyendo análisis, entrevistas y distintos contenidos y es: estamos pensando en un futuro sostenible sin tener en cuenta los desafíos más esenciales de la sociedad. En otras palabras, estamos pensando en que toda la población colombiana se alimente sanamente y no estamos siendo conscientes de que se están diagnosticando al día 60 niños menores de 5 años con desnutrición aguda moderada o severa y se están muriendo por hambre 5 niños menores de 5 años cada semana en Colombia. Tenemos que hacer frente al desafío de la desnutrición pero es importante identificar los retos más apremiantes que tenemos para obtener una seguridad alimentaria en el país; invito a profundizar y a conocer más sobre estos temas antes de tomar decisiones que en algunos casos no son ni blancos ni negros, si no, grises donde existen puntos intermedios que se deben evaluar para minimizar los riesgos y generar realmente impactos positivos en las comunidades menos favorecidas.

Según la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO), en nuestro país, 21.5 millones de personas están usando estrategias de crisis porque no pueden acceder a los alimentos que necesitan, 12 millones de personas van a comer solo 2 veces al día, 670 mil personas 1 vez al día y 51 mil personas se van a acostar sin probar alimentos. En el año 2021, Juan Carlos Buitrago, director ejecutivo de ABACO, mencionó que sus principales aliados son las empresas del país, que los ayudan de todas las formas posibles, unas con donaciones en especie de alimentos, otras con productos y dinero. Esto da cuenta del potencial que tienen las empresas para ser parte de la solución, desde hacer frente al desafío del hambre y la desnutrición, hasta los objetivos más ambiciosos que enmarcamos en la seguridad alimentaria.

En la política actual que se está debatiendo, se establecen impuestos a la producción, la venta, retiro de inventario o transferencia a título gratuito u oneroso a distintos alimentos y bebidas, esto implica que la donación de alimentos se verá afectada por la eliminación del beneficio tributario actual, en la cual cualquier organización sin ánimo de lucro puede recibir alimentos aptos para el consumo humano y poder entregar a las poblaciones vulnerables. Por esto, quiero unirme al llamado de ABACO para que el gobierno nacional considere las estrategias en este sentido y no permita que, por alcanzar objetivos ambiciosos, no comencemos por la base de los problemas en la sociedad colombiana.

Según el Departamento Nacional de Planeación, en mayo de 2022 se calculó que 9,76 millones de toneladas de alimentos se pierden al año en Colombia, cantidad que alcanzaría para alimentar aproximadamente a 8 millones de personas en este mismo periodo de tiempo. Aunque esta cifra es alarmante, en años anteriores la cifra era mayor y la posibilidad de tener menos desperdicio de alimentos fue el beneficio de las donaciones que empresas grandes, medianas y pequeñas tienen al entregar los alimentos que son consumibles pero que no han sido vendidos en el mercado nacional.

Si hoy en día se tiran a la basura la tercera parte de los alimentos que se producen, ¿Cuántas personas podríamos alimentar con ello, entendiendo que este desperdicio es totalmente consumible? La Seguridad Alimentaria nos compete a todos y por esto, mi llamado es a que nos unamos a los bancos de alimentos y a su gran labor, desde nuestro rol individual apoyemos para que exista mayor donación de alimentos que permita dar solución al hambre en nuestro país. Por último, quiero recordar a los que no saben, la importante labor que desarrollo ABACO en los momentos críticos de la pandemia del COVID-19 para poder llevar alimentos a muchas personas del país que no tenían acceso.

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