De interino en interino, así transcurrieron los últimos tiempos en Atlético Nacional. Y así, sumando unión, goles, arquero, tesón y suerte, fue el último campeón de la liga colombiana. Luego de ese título, todo volvió al modo torbellino e inestabilidad que han acompañado al equipo luego de la gloriosa época de títulos y más títulos que se dio entre 2011 y 2017. Ahora llegó Paulo Autuori con la firme intención de darles estabilidad a esas aguas con el inicio de un proceso serio, cauto y con progresos.
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Algo muy curioso que se ha dado desde el regreso del entrenador brasileño a Nacional es la “profunda” preocupación de un amplio sector de la prensa capitalina hacia esta decisión. Que por qué volvió un DT al que le fue tan mal en su primera etapa en el club. Que por qué no dejaron a Sarmiento que estaba construyendo un “amplio legado” de resultados e invicto. Que por qué y más porqués que, con toda sinceridad, creo que no nacen más allá de la intención de generar audiencia, likes y tráfico a costa del equipo más grande del país. Eso sí: cuando el equipo es campeón, la alharaca solo dura un día. Ahí el cubrimiento pasa como de afán.
Uno no les cree. En las mesas de trabajo de estos grandes medios hay periodistas hinchas de Millonarios, Santa Fe y América. En un par de excepciones hay alguno de Nacional, pero poco o nada de relevancia tienen. El concepto real para el análisis de lo que pasa con el club verdolaga y su universo lo hacen en lo que creen, les dicen o les filtran las fuentes y no llegan a puntos en los que se explique realmente el porqué de ciertas decisiones. También están los corresponsales, muchos de gran talante, credibilidad y conocimiento de la fuente Nacional, pero ellos, lastimosamente, no tienen asiento en esas mesas, en esos debates, en esos editoriales…
¿Por qué sí Autuori? En su primera etapa en el club no le fue mal si nos alejamos del eterno sesgo de los resultados. Uno de sus fuertes es echarle el ojo a lo que hay en las divisiones inferiores y en su paso les dio el impulso a nombres como los de Sebastián Gómez y Nicolás Hernández, entre otros. Su discurso caló en los hinchas, ahí en ese espacio en donde muchas veces los medios no llegan: la hinchada vio en Autuori a un tipo que con tiempo podía tener mejores resultados y armar un proceso exitoso. ¿Por qué? Porque es un entrenador serio, de mucha experiencia, con una hoja de vida que no cabe en siete páginas, con títulos y, lo más importante, sabiduría, honestidad y madurez.
A Paulo Autuori lo mató el contexto del momento, sumado al manejo del camerino. Eran tiempos turbios y son muchas las versiones que hablan de cajón y de más vainas aburridoras que siempre han existido en la condición humana. Pero para la gran mayoría de hinchas, para el que entiende y vive lo que es Nacional, la sensación fue la de un capítulo que quedó en veremos y que tenía pinta de ser mejor.
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Ese capítulo tiene un nuevo libreto, actores distintos, en su mayoría desde los jugadores, incluso desde la directiva y, la hinchada, ha recibido bien al carioca. Que lo de Sarmiento, que todo fue mal manejado; no, acá había reglas claras que se cumplieron y Sarmiento sembró respeto como DT en Nacional. Ya tendrá su momento de nuevo.
No sé si le irá bien a Autuori, deseo que sí con el corazón, es un hombre que ya está por encima de ambiciones de plata o de glorias. Para él, los proyectos que llevan al éxito, el ver que hay jugadores canteranos que triunfan, el mezclar juventud con experiencia, el respeto por un juego que sea acorde con la grandeza de la institución, entre otros mandamientos de su bitácora, son aspectos que hoy necesita un club como Atlético Nacional para apaciguar sus aguas y llegar a puertos triunfantes. Pido paciencia para que esto funcione y, al mismo tiempo, pido ver progreso.