“El fútbol no es tan complicado. Se trata de meter el balón en el arco contrario”. Carlos Salvador Bilardo.
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Con la derrota contra Perú el viernes pasado en Barranquilla el equipo dirigido por Reinaldo Rueda completó seis partidos sin anotar gol. Un récord negativo que refleja el terrible problema de generación de fútbol ofensivo que aqueja a nuestra selección. Lo más triste de todo es que por culpa de este problema Colombia está muy cerca de quedar eliminada del Mundial.
¿Qué responsabilidad tiene Reinando Rueda con esta situación? Respuesta: absolutamente toda la responsabilidad. ¿Cómo es posible que después de empatar en Barranquilla con Ecuador y con Paraguay, ante rivales que vivieron a encerrarse en el último tercio de cancha, Rueda no intente cambiar en absoluto el módulo táctico para el partido contra Perú? ¿Cómo es posible que, transcurridos 20 minutos del juego contra Perú, donde vemos que los peruanos están encerrados en el último cuarto de cancha, Rueda deje a 4 defensores y 2 volantes de marca y no intente meter más hombres en ataque? Peor aún: se fueron los primeros 45 minutos de juego sin crear un solo tiro directo al arco peruano. Es inconcebible que Rueda no haya intentado (al menos intentado) un cambio de módulo diferente al que ya todos conocen: Cuadrado por derecha, Luís Díaz por izquierda, James por el centro, Falcao en punta y Santos Borré de “falso nueve”. Terriblemente predecible esta Selección Colombia de Rueda. El viernes, contra Perú, vimos exactamente el mismo módulo que contra Paraguay y contra Ecuador. Solamente unos pequeños cambios de nombres, más no de funcionamiento, más no de módulo, más no de planteamiento táctico. ¿Cómo diablos esperaba Rueda obtener algún resultado diferente contra Perú, si salió a jugar exactamente el mismo partido que contra Paraguay y Ecuador?
Reinaldo Rueda me decepcionó hasta los huesos. Yo si creí en él cuando lo nombraron director técnico de la selección. Yo sí vi en él la persona capacitada para llevarnos al Mundial de Qatar. Estudiado en Alemania, hizo todo el proceso de divisiones inferiores en Colombia, llevó a Ecuador y a Honduras a mundiales de fútbol, ganó la Copa Libertadores con Nacional. Yo sí pensé que estaba listo para hacernos soñar con la Selección Colombia. ¡Qué decepción tan grande! El partido contra Perú lo dirigió como un técnico amateur. Cometió errores de principiante. Se aferró tercamente a un planteamiento tacaño que ya había demostrado no dar resultados en ataque. Pasaron 45 minutos contra Perú sin crear una sola opción de gol y para el segundo tiempo ¿sale con el mismo equipo? De no creer. Y a los 65 minutos (¡sesenta y cinco minutos!) hace 2 cambios para sumar un volante más de marca y así dejar ¿3 volantes como Mateus Uribe, Barrios y Álzate? ¡Increíble! ¿Necesitábamos seguir con 6 hombres en la retaguardia con el rival agazapado en su propio arco? De no creer tanta mezquindad y tanta tacañería.
Estábamos empatando en casa el partido que teníamos que ganar para ir al Mundial y ¿nos moríamos de hambre con la nevera llena? ¡Qué decepción! Por favor no vengan a decir que faltó suerte. Dos tiros al arco en 90 minutos no es por falta suerte. Es por falta de argumentos ofensivos. Y peor aún: este partido ya se había jugado exactamente igual en el 0-0 contra Paraguay y en el 0-0 contra Ecuador. Solo demuestra una incapacidad absoluta del técnico para encontrar las variantes, para intentar al menos un cambio de planteamiento.
¿Que Luís Díaz tenía la mente en su fichaje al Liverpool? ¡Por favor! Era demasiado fácil marcarlo. Gareca le ordenó dos tipos encima durante todo el partido. Luís Díaz es bueno cuando tiene espacio, cuando viene de atrás. Gareca no le dio ni el espacio ni la oportunidad de driblar a su marcaje. Le puso doble marca y lo anuló. Podría no haber fichado por el Liverpool y el partido era exactamente igual. No fue problema mental. Rueda no intentó nada diferente con él, ni siquiera cambiarlo de banda, ni siquiera eso. Siempre pegado a la izquierda, buscando una pared improductiva con Mojica. Demasiado predecible. Rueda le hizo el partido demasiado fácil a Gareca.
Reinaldo Rueda se vio inseguro, temeroso, timorato y tacaño. No sólo en el partido contra Perú, sino en los todos los anteriores juegos en los que tampoco se metió el balón en el arco contrario. Increíble jugar de esa manera tan defensiva y sin variantes cuando se tiene a disposición la calidad de jugadores que hoy tiene nuestro país. Eso se llama “mala gestión del recurso humano”. Con un gran dolor escribo hoy: a tres fechas de terminar la eliminatoria nuestra selección está muy cerca de quedar eliminada. Y el gran culpable, sin la más mínima duda, tiene nombre propio: Reinaldo Rueda.