Tras tres años de complejas y prolongadas negociaciones, más de 190 países han logrado consensuar y adoptar el primer tratado global para la prevención y respuesta ante pandemias, bajo el liderazgo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este hito histórico marca un antes y un después en la preparación internacional ante futuras emergencias sanitarias, que, según coinciden expertos y científicos, son inevitables.
Le puede interesar: Joven fue víctima de violento ataque por perros callejeros en la localidad de Bosa; la comunidad está preocupada
El acuerdo, que ha sido celebrado como una victoria del multilateralismo, establece un marco de acción para fortalecer la colaboración entre naciones, garantizar un reparto más equitativo de recursos y mejorar la coordinación ante la aparición de nuevos patógenos.
Principales logros del tratado global sobre pandemias
1. Prevención, preparación y respuesta coordinada:
El tratado promueve mecanismos que deben implementarse tanto a nivel nacional como internacional para anticiparse a futuras crisis sanitarias, con énfasis en la solidaridad y la reciprocidad. Aunque varias delegaciones de países en desarrollo consideraron que el acuerdo no llegó tan lejos como esperaban, el consenso fue preferido antes que el riesgo de perder años de trabajo.
Le puede interesar: Brote de tosferina en Bogotá enciende alertas: van más de 100 casos confirmados
“Aceptar lo que hay sobre la mesa o irnos con las manos vacías”, dijeron algunos diplomáticos tras las sesiones finales de negociación, que llegaron a durar hasta 24 horas seguidas.
2. Acceso equitativo a insumos esenciales
Se establecerá una red global de suministro y logística para asegurar la disponibilidad rápida y asequible de medicinas, vacunas y material médico. Esta medida busca evitar situaciones como las vividas durante la pandemia anterior, cuando muchos países quedaron sin acceso a recursos vitales debido al acaparamiento y la falta de cooperación.
3. Limitación de reservas nacionales excesivas
Uno de los artículos más relevantes del tratado insta a los países a no acumular de forma excesiva productos esenciales durante una emergencia sanitaria, fomentando así la transparencia y la coordinación internacional de reservas estratégicas.
4. Participación justa en los beneficios de la ciencia
El acuerdo también crea un nuevo mecanismo de acceso y reparto equitativo de los beneficios generados a partir de patógenos compartidos. Las compañías que utilicen estos materiales biológicos para desarrollar tratamientos y vacunas estarán obligadas a destinar un 20 % de su producción a la OMS (la mitad como donación y la otra a precio accesible), para distribuirlos en zonas con mayores necesidades.
5. Condiciones para la financiación pública de la investigación
En respuesta a lo ocurrido durante la última pandemia, el tratado subraya que las inversiones públicas en investigación y desarrollo deben tener como condición que los resultados —vacunas, diagnósticos o tratamientos— estén al servicio del bien común. Esto evitaría que los gobiernos vuelvan a invertir miles de millones sin garantías de acceso justo a los productos finales.
Un impulso al multilateralismo en tiempos de desafíos
Este tratado llega en un momento crítico para la OMS, que enfrenta dificultades tras el retiro de financiamiento por parte de algunos países como Estados Unidos. A pesar de estas tensiones, el acuerdo es visto como una demostración de unidad internacional y un mensaje claro a favor de la cooperación frente a amenazas globales.
Aunque muchos compromisos incluidos en el texto son de carácter voluntario, su adopción representa un paso firme hacia una mejor preparación global, y deja la puerta abierta a futuras reformas que puedan robustecer aún más el sistema internacional de respuesta sanitaria.
El mundo ha dado hoy un paso significativo para que, cuando llegue la próxima pandemia, se pueda actuar más rápido, con mayor equidad y bajo el principio de que la salud global no es un privilegio, sino un derecho compartido.

