La delincuencia en Bogotá sigue haciendo de las suyas en medio de los millones de habitantes que a diario salen a las calles para movilizarse a sus respectivos destinos. Una de las atracciones favoritas para los ladrones es el transporte público, en especial, el Transmilenio, donde son decenas los antisociales que aprovechan para realizar sus fechorías amedrentando a los pasajeros, practicando el cosquilleo o ‘chalequeo’, rapando los teléfonos celulares desde las ventas o también practicando estafas que resultan quitando parte del dinero a los ciudadanos que honestamente se ganan sus ingresos para sus gastos y el de sus familias.
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Sin duda, esto ha hecho que la percepción de seguridad dentro del Sistema Integrado de Transporte Público y los buses articulados que comprenden el componente troncal sea de total inseguridad, sumando también la constante presencia de vendedores ambulantes y habitantes de calle, quienes no contribuyen que las personas puedan tener un tránsito cordial por los diferentes espacios dispuestos por la empresa encargada de movilizar a los bogotanos, y que, por el contrario, la fama de este vaya en caída libre, afectando la economía del mismo y haciendo que se vandalicen sus instalaciones y vehículos como un pedido de auxilio ante la deficiente calidad del servicio.
Para mejorar esto, la Policía Nacional ha dispuesto a cientos de sus hombres para salvaguardar las estaciones, donde suelen caer muchos delincuentes a diario, siendo uno de los últimos el que se dio en la tarde del 12 de abril, cuando en un bus de la ruta G47 fue capturado un integrante de una de las bandas más temidas bajo la modalidad de cosquilleo. Este fue visto por los pasajeros del bus, quienes dieron con su detención, además de revelar que junto con este personaje, había unas mujeres que también se encargaban de llevar a cabo estos actos delictivos.
