Terror en Ocaña: Hombres armados y a bordo de motocicletas llegaron hasta dos establecimientos comerciales ubicados en el barrio Los Sauces, en la zona norte del municipio de Ocaña, en Norte de Santander. Los sicarios, tan pronto identificaron a las personas, comenzaron a disparar de manera indiscriminada, según relataron los testigos.
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El ataque armado dejó un saldo trágico de cinco muertos y al menos seis personas heridas. Tres de las víctimas fatales fueron encontradas a las afueras de una tienda, mientras que otras dos perdieron la vida al interior de un bar. Entre las víctimas, se encuentra una mujer, cuya identidad aún no ha sido revelada.
Las autoridades han llegado al lugar para recabar más detalles sobre este violento hecho, que se ha convertido en un nuevo capítulo de la crisis de seguridad que vive la región. La zona, conocida por su histórica presencia de milicias urbanas vinculadas a las disidencias de las FARC y al ELN, podría estar siendo escenario de una nueva ola de violencia.
Ataque de hombres armados contra civiles deja cinco muertos en Ocaña, Norte de Santander
Este ataque se enmarca en el contexto del conflicto armado que afecta al Catatumbo, una región que ha sido escenario de confrontaciones entre guerrillas desde principios de año. Las autoridades aún intentan determinar si este ataque está relacionado con los enfrentamientos entre grupos armados ilegales, como las disidencias de las FARC y el ELN, los cuales han intensificado sus acciones en los últimos meses.
Desde el inicio de este año, la violencia en el Catatumbo ha cobrado la vida de al menos 76 personas y ha provocado el desplazamiento de más de 55.000 habitantes, lo que ha llevado a Colombia a enfrentar la peor crisis de violencia en la última década. La región sigue siendo un punto caliente en la disputa por el control de rutas de narcotráfico.
Por su parte, los comandantes del Frente de Guerra Nororiental del ELN, “Ricardo” y “Silvana Guerrero”, han advertido que la confrontación no cesará, especialmente ante la ofensiva militar del gobierno de Gustavo Petro. Según ellos, si las fuerzas militares siguen aumentando su presencia en la región, los enfrentamientos continuarán, ya que se defenderán con todo.
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A pesar de los esfuerzos del gobierno, con más de 10.000 efectivos desplegados, para poner fin a esta crisis, los comandantes del ELN consideran que la política de “paz total” ha fracasado. Aseguran que están listos para continuar la lucha. Analistas coinciden en que la disputa entre el ELN y las disidencias del Frente 33 tiene un fondo económico: el control del narcotráfico. Aunque el gobierno insiste en los vínculos del ELN con carteles internacionales, la guerrilla niega su participación directa en el negocio, aunque sí admite que cobra impuestos a los productores de coca.
