Durante la socialización del decreto de Estado de conmoción interior en el municipio de Tibú, en el Catatumbo, el presidente Gustavo Petro, momentos de tensión cuando varios líderes sociales de la región le expresaron su descontento. En una de las intervenciones más destacadas, una líder comunitaria le gritó al mandatario: “¡Míreme que le estoy hablando!”, exigiendo reconocimiento y apoyo al trabajo humanitario que realizan las juntas de acción comunal y los campesinos del Catatumbo, quienes, según ella, lo hacen de manera desinteresada, sin recibir compensación alguna.
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Las quejas no se limitaron a una sola voz. Otro líder social tomó la palabra para reclamar que el Gobierno no debe limitarse a trabajar desde oficinas, sino estar presente en los territorios. Afirmó que las comunidades del Catatumbo esperan respuestas concretas y que su único vínculo con el gobierno es a través de sus autoridades locales, quienes muchas veces no reciben la atención adecuada.
“¿Por qué no confía en las madres mujeres? ¿Por qué no confía en la Junta de Acción Comunal? A nosotros no nos pagan, nosotros lo hacemos de corazón, nosotros no estamos de nada. Con mucho respeto a todas las asociaciones, les voy a decir esto: señor presidente, míreme, que le estoy hablando. Muchísimas gracias”, indicó.
En el evento también intervino un representante del Comité de Integración Social del Catatumbo (CISCA), quien cuestionó la necesidad de un decreto de conmoción interior, argumentando que lo que realmente requiere la región son compromisos a largo plazo y una atención a las necesidades estructurales de la zona, que ha sufrido un histórico abandono estatal. Además, la líder advirtió que las palabras del presidente ponen en riesgo la seguridad de los líderes sociales, quienes enfrentan amenazas constantes.
“El Gobierno tiene que estar en el territorio, no sentados en una oficina y el pueblo llevando del bulto. Señor presidente, nosotros hemos venido por respuestas. El pueblo del Catatumbo y el pueblo también tenemos que oírlo”, fue el reclamo de otro de los líderes.
El reclamo colectivo evidenció la profunda desconexión entre el Gobierno Nacional y las comunidades del Catatumbo, quienes insisten en soluciones duraderas que garanticen el bienestar y la paz en la región.