La aprobación del proyecto de la reforma a la salud en segundo debate en la Cámara de Representantes representó una importante victoria para el gobierno del presidente Gustavo Petro y para su nuevo ministro del Interior, Armando Benedetti. Hace unos minutos, el alto funcionario dio detalles sobre ese trámite legislativo y reveló cuál fue su estrategia para conseguir los votos necesarios para que superara esa discusión.
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La iniciativa ahora pasará a la Comisión Séptima del Senado de la República, donde ya habían hundido una primera versión de la reforma a la salud. En esa medida, múltiples analistas han señalado que se trata de una de las pruebas más duras del nuevo texto.
En esa medida, Benedetti no descartó la posibilidad de que el Gobierno Nacional radique un mensaje de urgencia. Este mecanismo se usa con el fin de que se prioricen algunos proyectos en el Legislativo y, de hecho, ya se habia hecho en el segundo debate de la Cámara.
“Eso va a estar ahí en la mesa. Vamos a vercómo se comporta con base en la Ley Quinta el Senado de la República”, señaló Benedetti en una declaración pública frente a varios medios de comunicación. Y sostuvo que la reforma laboral, otro de los proyectos claves del Gobierno, también tiene un tránsito difícil en esa Comisión, con lo cual es fundamental que se reactive el debate.
La estrategia de Benedetti para que la reforma a la salud pasara
Además, se refirió a su victoria en la plenaria de la Cámara de Representantes. “No se llegó ningún acuerdo. Hay algunos que dicen que se compró al Congreso. O estaba comprado para que hubiera sido rápido o fue verdad que ellos realmente decidieron hacerlo, porque usted en el Congreso no puede comprar en dos días. O estaba comprado o no se compró. Pero ninguna de las dos premisas explican lo que sucedió”, aseguró el ministro del Interior.
Por el contrario, señaló que su estrategia fue reorganizar la coalición del Gobierno en la Cámara de Representantes, con lo cual consiguieron los votos suficientes para que la reforma a la salud resultara aprobada.
“Así que el que diga la compramos o no la compramos es tonto”, concluyó Benedetti.