Este miércoles 12 de febrero el presidente Gustavo Petro anunció que Antonio Sanguino, exsenador del Partido Alianza Verde, sería designado como ministro de Trabajo en reemplazo de la ahora exministra Gloria Inés Ramírez. Pocas horas después, salió a la luz un proceso penal que Sanguino tendría abierto en la Fiscalía General de la Nación.
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La emisora W Radio reveló varios documentos en los cuales se puede apreciar que el ente acusador le imputó a Sanguino tráfico de influencias de servidor público y cohecho impropio. Al parecer, esta imputación de cargos se habría dado en octubre del año pasado y se remontan a la época en la que Sanguino se venía desempeñando como concejal de Bogotá del partido Polo Democrático Alternativo.
De acuerdo con W Radio, las autoridades judiciales tratan de establecer si Sanguino ejerció presión con el fin de hacer llegar a un aliado suyo a un alto cargo de un hospital en el sur de Bogotá. Vale decir, sin embargo, que se trata de un proceso penal que aún no ha concluido y que el nuevo ministro tiene presunción de inocencia.
La misión que le otorgó el presidente Petro a Sanguino
Los señalamientos que pesan contra Sanguino contrastan con el entusiasmo que el presidente Gustavo Petro le dio al anuncio de su nombramiento como ministro de Trabajo. Así mismo, le pidió sacar adelante dos de las grandes reformas sociales que ha venido impulsando su Gobierno, una de las cuales aún debe seguir siendo debatida en el Congreso de la República.
“El reemplazo de la ministra de trabajo. Gloria Ramírez, que siento mucho se retire, pero a la que deseo la mayor actividad política callejera, ojalá en pos de la más amplia unidad democrática, será Antonio Sanguino. Antonio se echa sobre sí la responsabilidad de implementar la reforma pensional y sacar adelante, para la dignidad de las y los trabajadores colombianos, la reforma laboral”, advirtió el presidente Petro.