Laura Villamil, la bailarina que sufrió graves quemaduras en un accidente ocurrido en agosto de 2024 en el restaurante Andrés Carne de Res, compartió recientemente detalles escalofriantes de lo que vivió mientras estuvo sedada en la Clínica Santa Fe de Bogotá, donde permaneció durante siete meses.
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El 17 de agosto del año pasado, durante una presentación que involucraba fuego en el restaurante, Villamil sufrió quemaduras que afectaron el 80% de su cuerpo. La gravedad de sus lesiones la mantuvo al borde de la muerte, requiriendo intervención médica constante y momentos de sedación para garantizar su supervivencia. Después de meses de tratamiento, finalmente, el 3 de febrero de 2025, la bailarina dejó la clínica, marcando el inicio de su recuperación en casa.
Laura Villamil reveló las aterradoras visiones que tuvo mientras estuvo sedada
En una entrevista reciente en el videopódcast Más allá del silencio, Villamil compartió su experiencia mientras estuvo sedada, revelando que durante esos períodos, recordaba “todo” lo que sucedía a su alrededor. La bailarina describió lo que parecía ser una serie de visiones, que le provocaban una sensación de angustia.
“Era como ver una película de muchas cosas. Yo veía planos y los cambiaba apretando más los ojos. Vi cosas muy feas, aterradoras, como presencias malignas, horribles. Sentía que mi cuerpo se calentaba”, relató. A pesar de la confusión y el miedo que estas visiones le provocaban, Villamil trataba de cambiar de plano para escapar de esas imágenes perturbadoras.
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Sin embargo, entre los momentos más oscuros de su experiencia, también hubo uno más pacífico. Villamil recordó una visión de un valle verde y un lago azul, donde, según sus palabras, vio a su tío Andrés, quien había fallecido tiempo atrás. “Vi cuatro palos con telas blancas, como en la playa, y hamacas. Alguien vestido de blanco. Yo dije: ‘mi tío Andrés’. Lo vi a lo lejos, pero no pude acercarme más”, expresó.
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Al reflexionar sobre esas experiencias, Villamil confesó que siente que estuvo en una lucha constante entre la vida y la muerte, aunque no sabe si esa lucha fue entre el bien y el mal. Lo que sí está claro es que las visiones y las sensaciones que experimentó durante su sedación formaron parte de una experiencia profundamente transformadora.
Hoy, ya en su hogar y rodeada del apoyo de su familia, la joven continúa con su proceso de recuperación, intentando comprender todo lo que vivió mientras luchaba por su vida.
Con su relato, Villamil no solo comparte su dolorosa experiencia, sino también una visión que para ella resulta profundamente significativa. En medio de un proceso físico tan complicado, las imágenes que vio durante su sedación parecen haber marcado un antes y un después en su vida.