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Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina: Proyecto de Ley que busca erradicar esta práctica en Colombia

En Colombia, un proyecto de ley busca prohibir la mutilación genital femenina, especialmente en comunidades indígenas

Cada 6 de febrero se celebra el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina (MGF), esta es una práctica ancestral que se realiza en diferentes culturas alrededor del mundo y Colombia, desafortunadamente, no es la excepción. Sin embargo, existe un proyecto de Ley que busca prohibir esta forma de violencia de género en el país, especialmente en comunidades indígenas.

De acuerdo al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la mutilación genital femenina implica la lesión o resección parcial o total de los genitales femeninos externos por motivos no médicos. Además, la misma entidad indicó que más de 230 millones de mujeres, en el mundo, han sido víctimas de esta práctica, la cual puede afectar gravemente la salud sexual y reproductiva de las mujeres.

El UNFPA estimó que para el 2024, 4,4 millones de niñas estaban en riesgo de sufrir mutilación genital, lo que traduce a 12.000 casos por día. Si bien en Colombia no hay un registro exacto de estos procedimientos, el Instituto Nacional de Salud de Colombia (INS) entregó un registro de 89 casos de mutilación genital en niñas entre 1 a los 17 años, entre enero y noviembre de 2023, especialmente en comunidades indígenas.

Debido a esta problemática y a la violencia de género que se ejerce en las mujeres, a partir de ella, en Colombia se busca prohibir esta práctica mediante un proyecto de Ley incentivado por las representantes Alexandra Vásquez, Jennifer Pedraza, Carolina Giraldo y por la senadora Angélica Lozano.

En diálogo con Publimetro Colombia, la representante a la Cámara, Jennifer Pedraza, explicó que existe una diferencia entre la mutilación genital y la ablación: “La ablación se entiende como un procedimiento que puede tener una justificación médica, mientras que la mutilación genital femenina no tiene ningún tipo de justificación en favor de la salud de las mujeres ni de las niñas”.

Entre las afectaciones que derivan de la mutilación genital femenina se abarcan problemas físicos como infecciones sanguíneas, el tétano, la hepatitis B o el VIH, debido al uso de instrumentos contaminados. “Esta práctica causa graves daños físicos, incluyendo dolor intenso, infecciones, y complicaciones a largo plazo como infertilidad, dificultades en el parto y problemas sexuales”, sostuvo la congresista de Alianza Verde, Carolina Giraldo.

Pero también la mutilación genital puede derivar en problemas psicológicos, trastornos mentales y la pérdida de autonomía corporal, tal como lo señaló la representante a la Cámara, Jennifer Pedraza: “hablamos de un gravísimo riesgo de salud, pero también de salud mental, en donde incluso esta práctica puede terminar generando una discapacidad psicosocial derivada de la violencia que implica”.

Sin embargo, una de las dificultades para frenar esta práctica en el país es que no se conoce el número de mujeres a las que se les ha realizado el procedimiento; “uno de nuestros principales problemas es la falta de registro de los casos de mutilación genital femenina. Nuestra única puerta de acceso a esta información es a través de las clínicas y hospitales, es decir, solo cuando los casos se agravan, cuando terminan en hemorragias o cuando de alguna manera terminan en el sistema de salud, es que nos enteramos qué ocurren”, indicó la representante Pedraza.

La congresista señaló que en Colombia esta práctica es mayormente evidenciada en comunidades Embera, “se estima que hay cerca de 300 000 personas que pertenecen a la gran nación Embera, pero no es una práctica exclusiva de ellos. También ocurre en otras poblaciones, algunos científicos sociales estiman que esto también podría estarse produciendo en algunas comunidades afrodescendientes”.

Frente a esto, el Ministerio de Salud resaltó, en 2018, que “las comunidades indígenas Embera han concluido que la mutilación genital femenina no es propia de la cultura de su pueblo, sino una práctica aprendida que ha pasado de generación en generación bajo creencias erróneas sobre el cuerpo y la sexualidad de las mujeres”. Entre algunas de las narrativas de la comunidad para justificar este tipo de procedimientos el ministerio identificó varios mitos por los que se realiza la mutilación genital femenina, como evitar el alargamiento del clítoris como un pene, que las mujeres sean infieles y otros relacionados con el comportamiento sexual.

Sobre la iniciativa para prohibir la mutilación genital femenina, Jennifer Pedraza señaló los objetivos que se pretenden lograr es poder medir el fenómeno con datos más precisos, a partir de una planilla que se deben diligenciar en los centros médicos cuando se presenten casos de hemorragias y complicaciones que evidencien una mutilación genital femenina.

“Nosotros estamos planteando aquí la creación de una plataforma que pretenda de verdad identificar y ubicar geográficamente el fenómeno, así como una campaña cultural para explicar en qué consiste la mutilación genital femenina y para explicar por qué es un tipo de violencia contra las mujeres y en dónde se puede denunciar. De manera que podamos empezar una campaña, pues de articulación institucional”, señaló la congresista.

Sin embargo, la congresista señaló que es importante entender que detrás de la mutilación genital femenina usualmente se encuentran otras mujeres y parteras quienes son las que realizan este tipo de procedimientos en niñas menores a un año: “por eso es que necesitamos tener una conversación garantista, comprensiva, en un buen tono con estas comunidades para que ellas voluntariamente accedan a reconocer esto como una violencia contra las mujeres y a establecer una transformación cultural desde su enfoque y con todo el respeto de su autonomía como pueblos indígenas”, agregó Jennifer Pedraza.

No obstante, frente a los avances de este proyecto legislativo, la representante Pedraza, expresó que no ha llegado ni a primer debate, de los cuatro que debe tener para aprobarse; “no ha habido voluntad política de enfrentar esa práctica, de ponerle la lupa, de investigarla de parte del Estado colombiano ni mucho menos de erradicarla”.

“Hemos estado enfocados en jurisdicción especial agraria, sistema general de participaciones, reforma política, transhumanismo, un montón de iniciativas que realmente no atienden los derechos de las mujeres como prioridad ni de las niñas”, agregó Pedraza.

En ese sentido, la parlamentaria hizo el llamado a la Comisión Primera de la Cámara de Representantes para que se agende la discusión el próximo 8 de marzo, Día de la mujer, cuando la agenda legislativa se centra en proyectos orientados hacia las mujeres.

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