El reciente hallazgo de cuerpos en La Escombrera, un antiguo vertedero en el norte de Medellín, sigue generando repercusiones tanto dentro como fuera de Colombia. Este descubrimiento, realizado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), ha sido un punto de inflexión en la búsqueda de justicia para las víctimas de desapariciones forzadas que datan desde la década de 1960. La JEP informó en enero de 2025 sobre el hallazgo de cuatro cuerpos, dos de los cuales corresponden a personas desaparecidas en diversas comunas de Medellín. Este acontecimiento ha dado pie a un movimiento cultural en defensa de la memoria histórica y en apoyo a las familias de las víctimas, que llevan más de dos décadas luchando por la verdad.
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En respuesta a estos hechos, diversas ciudades de Colombia se han sumado a una ola de murales y expresiones artísticas que exigen justicia y visibilizan la causa. Sin embargo, la censura ha sido un obstáculo constante. El primer mural, que con la frase “Las cuchas tienen la razón” y el rostro de una madre de víctimas, fue pintado en Medellín, pero fue rápidamente borrado por la alcaldía local. Este acto de censura provocó una serie de reacciones, no solo en Colombia, sino también en el ámbito internacional.
Recientemente, el movimiento cobró una dimensión global cuando en Berlín, Alemania, se pintó un mural inspirado en el de Medellín. Esta réplica no solo conserva el mensaje original, sino que incorpora una frase adicional que hace un llamado por el fin de la guerra en Gaza y Catatumbo. La obra fue realizada por el artista Juan Camilo Angulo, con la colaboración de varios individuos que ayudaron a concretar esta expresión de solidaridad.
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Mural de “Las cuchas tienen razón” en Alemania
El mural en Berlín no pasó desapercibido y rápidamente fue compartido por Ariel Ávila, senador colombiano, quien celebró el hecho a través de sus redes sociales. En su publicación, Ávila resaltó que Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín, no podría censurar esta obra fuera de las fronteras de Colombia, diciendo: “¡FICO NO PODRÁ BORRARLO!” Con esta declaración, Ávila no solo reiteró su apoyo al movimiento de las madres buscadoras, sino también su postura en contra de la censura que se ha dado en su país.
El senador colombiano también destacó que José Ospina Valencia fue el creador intelectual de la idea del mural, mientras que Juan Camilo Angulo fue el encargado de llevar a cabo la obra en Berlín. El mural se convierte así en un símbolo de la lucha por la memoria histórica y de la necesidad de que el país enfrente su pasado reciente sin temor a la censura.
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A pesar de los obstáculos, el movimiento de las madres de los desaparecidos sigue ganando visibilidad. Los esfuerzos de la JEP continúan con el objetivo de identificar a las dos personas restantes de los cuerpos hallados en La Escombrera, y la entidad ha afirmado que continuará trabajando para esclarecer las desapariciones que marcaron una parte oscura de la historia de Colombia. Mientras tanto, el arte y las expresiones populares se han convertido en una de las herramientas más poderosas para mantener viva la memoria de las víctimas y exigir justicia, no solo en Colombia, sino también a nivel internacional.
Este tipo de manifestaciones artísticas reitera la importancia de mantener el debate abierto sobre la reconciliación y el reconocimiento de las víctimas, un proceso que, aunque lleno de obstáculos, sigue avanzando gracias a la perseverancia de las familias afectadas y el apoyo global.