El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció un plan para intensificar las medidas de control en la frontera sur con México, que incluye el despliegue de hasta 10,000 tropas militares activas.
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Estas fuerzas complementarán las operaciones de la Patrulla Fronteriza, enfocándose en bloquear el acceso de migrantes al asilo bajo nuevas disposiciones legales.
Donald Trump estará endureciendo las medidas migratorias
Entre las órdenes más estrictas figura la instrucción a los agentes de detener y deportar a toda persona que intente cruzar de manera no autorizada. Según el Washington Post, los agentes ahora deben priorizar la deportación aérea de migrantes no mexicanos, evitando su retorno a México.
Además, se está ampliando la infraestructura para manejar el creciente flujo de personas. Cuatro instalaciones temporales con capacidad para albergar 10,000 camas están en construcción, junto con 14 sitios adicionales que podrán alojar entre 700 y 1,000 personas cada uno. No se descarta que bases militares sean utilizadas como centros de detención, según evaluaciones del Departamento de Defensa.
Las nuevas políticas también restringen el acceso al asilo para migrantes que hayan transitado por países con enfermedades transmisibles. Este argumento justifica medidas más severas para limitar la entrada de personas en busca de refugio en Estados Unidos.
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Por otro lado, la administración de Trump ha cancelado los programas de reasentamiento de refugiados y amenazado con sancionar a las autoridades locales que no se adhieran a sus políticas migratorias. Esta estrategia refuerza su postura de priorizar la seguridad nacional sobre las garantías de asilo establecidas por acuerdos internacionales.
Con estas acciones, la administración busca consolidar su política de tolerancia cero hacia la inmigración irregular, pese a las críticas de organismos humanitarios que señalan un retroceso en los derechos fundamentales de los migrantes.