Un adolescente y 14 adultos, pertenecientes al Grupo Armado Organizado (GAO), estructura 33 del Bloque Magdalena de las disidencias de las Farc, se entregaron en las últimas horas a tropas del Ejército que cumplen una semana de labor en defensa de las comunidades en la zona del Catatumbo (Norte de Santander).
Las entregas voluntarias se produjeron en los municipios de El Tarra y Tibú, en medio de las confrontaciones entre los Grupos Armados Organizados (GAO), disidencias de las Farc y Frente Oriental del Ejército de Liberación Nacional (Eln).
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Las personas que buscaron protección ante la unidad militar tenían en su poder abundante material de guerra, intendencia y comunicaciones. El material entregado fue puesto a disposición de las autoridades competentes.
El adolescente desvinculado fue entregado a la autoridad competente para el restablecimiento de sus derechos.
La acción coincide con el llamado hecho por el Gobierno nacional a los miembros de los grupos armados para que, con acciones positivas como su desmovilización o su entrega expresen su voluntad de paz y permitan así poner fin a la crisis humanitaria desatada en los últimos días en esa región del país.
Incluso el presidente Gustavo Petro celebró esta decisión de los combatientes:
“Quiero que el pueblo de Catatumbo reflexione sobre los últimos hechos: mientras exista una economía ilícita habrá muerte. Es la hora con ayuda del gobierno de realizar un gran proceso de sustitución de esa economía ilícita por economías legales. En los decretos de conmoción interior se mostrará un camino eficaz”, escribió el mandatario en sus redes sociales.
Las tropas de las Fuerzas Militares y de la Policía ingresaron a las zonas en conflicto para detener no solo las confrontaciones entre el Eln y disidencias de las Farc, sino la acción criminal contra las comunidades, líderes sociales y firmantes de paz.
Durante los últimos cinco días, decenas de personas han estado huyendo del fuego cruzado y abandonando sus hogares. Por lo tanto, la prioridad de los soldados es salvar vidas en riesgo por actos de cacería que, de acuerdo con lo dicho por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, “son típicos casos de sicariato”.
Esta fase está centrada en la ubicación, extracción y reubicación de personas amenazadas hacía unidades militares, estaciones de Policía y refugios preparados de manera previa por las autoridades locales.
Más de 400 miembros del Ejército Nacional refuerzan el pie de fuerza en los cascos urbanos y rurales y ya se han evacuado 14 firmantes de paz por vía aérea. Otras 10 personas en riesgo están refugiadas en unidades militares.
“Lo que necesitamos es poner a salvo a quienes están siendo perseguidos, luego fortalecer la presencia de las tropas en la zona y garantizar el retorno de los habitantes de manera segura”, aseguró el funcionario.
