Ya son millones de reproducciones las que acumulan en TikTok una serie de videos que tienen origen en Ecuador, en el que se ve una celebración de 15 años realizada en un cementerio. La festejada es Analía Mora López, joven que partió de este mundo terrenal el 6 de junio de 2024, y cuya historia aún tiene a miles de ecuatorianos con el corazón en la mano debido al grito de justicia que ha hecho su madre y que ha llevado a varias movilizaciones.
Antes de entrar a hablar de los detalles de esta fiesta en honor a Analía, es necesario retrocedernos al día de su deceso, fecha en la que su madre, Ana López, oriunda de Esmeraldas, la llevó al Hospital Pediátrico Baca de Quito, para que le atendieran un lipoma abdominal que la estaba aquejando.
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Una vez ingresada al centro médico, los especialistas le sugirieron a López someter a su ‘pequeña’ a una delicada intervención quirúrgica de la cual no salió viva, debido a una “negligencia médica”, como ha indicado la progenitora de Analía en varios videos, en los que también ha expresado: “Mi hija entró caminando y la tuve que sacar fría. (...)Nunca me imaginé que mi hija iba a morir. Yo la preparé a ella para que me la miren, no para que me le arrebaten la vida. Estos médicos le causaron un derrame cerebral, no la operaron donde la iban a operar”.
Tras lo sucedido, Ana entabló duras acciones legales contra el hospital y los cirujanos inmersos, a quienes señala de saltarse los “protocolos y de no tener ética profesional”, debido a que no le practicaron exámenes previos antes de pasar a la niña por el bisturí, tales como una tomografía y un angiograma.
Seis meses después de esta dura situación, López y sus familiares decidieron celebrar las que serían las quince primaveras de Analía, y llevaron todos los preparativos al panteón en donde reposan sus restos mortales, sitio que fue decorado con bombas, serpentinas, y en donde por supuesto no hizo falta el pastel color lila, tono que era el favorito de la joven.
“Feliz cumpleaños en el cielo, mi hija hermosa. Te extraño con cada fibra de mi ser. No hay un día en que no llore por ti, no hay un momento en que no desees tenerte aquí. Pero prometo que seguiré celebrando tu vida, porque aunque no estés básicamente conmigo, sigues siendo mi orgullo, mi alegría, mi razón. Hoy, el cielo festeja tu vida y yo, desde aquí, eleva mi amor hacia ti, esperando que te alcance”, fueron las emotivas palabras que dirigió al cielo Ana a su amada Analía.
