En el departamento de Córdoba, se encuentra la represa hidroeléctrica de Urrá, un pilar esencial para la producción de energía en la región. Sin embargo, su impacto va más allá de solo aprovechar las aguas del Rio Sinú. A través de estrategias de sostenibilidad, Urrá ha logrado un equilibrio entre el desarrollo energético, el apoyo a la economía local y la preservación de los ecosistemas. Un ejemplo de esto último es el compromiso de la conservación y promoción del turismo sostenible en la Isla Sonora, un espacio donde la fauna y flora de la región encuentran no solo refugio, sino un hogar vibrante lleno de vida.
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Isla Sonora: La sinfonía natural del Alto Sinú
La Isla Sonora, la porción de terreno más grande dentro del embalse, debe su nombre al espectáculo de sonidos naturales que la caracteriza. Aves, primates y otras especies se unen para ofrecer una sinfonía que conecta a los visitantes con la esencia de la naturaleza. Los cantos de aves como el matraquero y los característicos aullidos del mono aullador y el tití cafeciblanco transforman este lugar en un concierto al aire libre que maravilla a quienes lo presencian.
Por esta razón, para proteger y promover esta riqueza natural, Urrá ha venido trabajando junto a un comité comunitario compuesto por cerca de 50 personas del Alto Sinú. Este grupo se encarga de cuidar la isla, fomentar el turismo sostenible y organizar actividades que permitan a los visitantes disfrutar del entorno de manera responsable.
Entre las actividades principales se encuentran el avistamiento de aves y primates, senderos ecológicos de hasta 2 kilómetros, y rutas diseñadas para descubrir la biodiversidad y productividad de la zona. Así, la Isla Sonora no solo es un refugio para la naturaleza, sino un ejemplo vivo de cómo las comunidades pueden ser parte activa de la conservación.
Las abejas: Guardianas del ecosistema y la economía local
El compromiso de Urrá con la sostenibilidad también se extiende al apoyo de actividades económicas responsables. Una de las iniciativas más significativas es el impulso a la apicultura sostenible a través de la Asociación Agropecuaria y de Miel La Fortaleza (ASOAGROMIEL). Esta organización reúne a emprendedores locales que producen miel y derivados apícolas, generando ingresos para las comunidades del Alto Sinú.
Gracias al apoyo de Urrá, los integrantes de ASOAGROMIEL reciben capacitación técnica, equipos especializados y acompañamiento continuo para garantizar prácticas amigables con el medio ambiente. Este proyecto no solo fortalece la economía local, sino que también contribuye al equilibrio ecológico, ya que las abejas desempeñan un papel crucial en la polinización, asegurando la conservación de la biodiversidad en la región.
La cofinanciación de Urrá en materiales y herramientas es una muestra de cómo la hidroeléctrica fomenta el desarrollo sostenible, consolidando alianzas que benefician tanto a las familias como al entorno natural.
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Cacao del Alto Sinú: Semillas de desarrollo sostenible
Otro ejemplo del impacto positivo de Urrá en la región es su colaboración con productores de cacao en Tierralta y comunidades aledañas. En alianza con la organización Chocotalto y otras entidades locales, Urrá ha impulsado la industrialización del cacao como una alternativa económica viable para las familias rurales.
El proyecto incluye capacitaciones técnicas, apoyo en producción orgánica y manejo del producto, promoviendo prácticas agrícolas sostenibles que protegen los suelos y la biodiversidad. Organizaciones como la Asociación de cooperativas y organizaciones de Tierralta y Valencia (Activa G-10) también forman parte de esta red de apoyo, fomentando el cultivo responsable como herramienta de desarrollo económico y social.
Chocotalto es un ejemplo inspirador de cómo las prácticas agrícolas sostenibles pueden transformar comunidades, ofreciendo oportunidades económicas mientras se protege el medio ambiente. Gracias a este trabajo conjunto, Urrá refuerza su compromiso con la conservación y el bienestar de las poblaciones que habitan su área de influencia.
Desde la sinfonía natural de la Isla Sonora hasta el dulce trabajo de las abejas y el cacao, Urrá demuestra que es posible equilibrar la producción energética con la conservación y el desarrollo sostenible. Este modelo de trabajo en Córdoba no solo protege la riqueza ambiental del Alto Sinú, sino que también fortalece la economía local, consolidando un futuro más prometedor para las comunidades.