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¿Estamos viviendo una nueva Guerra Fría?

Tras la caída del comunismo en Europa del Este y la posterior disolución de la Unión Soviética a finales de los ochenta y principios de los noventa, se pensó que seguiría un periodo de paz para la humanidad.

Hay quienes consideran que estamos en una nueva Guerra Fría.
Hay quienes consideran que estamos en una nueva Guerra Fría. El mundo se ha convertido en un tablero de tensión extrema, donde diferentes potencias globales y regionales conviven en entornos más complejos e impredecibles.

El mundo se ha convertido en un tablero de tensión extrema, donde diferentes potencias globales y regionales conviven en entornos más complejos e impredecibles. Y en efecto, hay quienes consideran que estamos en una nueva Guerra Fría.

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El concepto Guerra Fría normalmente se utiliza para describir un período de la historia contemporánea que va desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta la disolución de la Unión Soviética a finales de 1991.

Fue un periodo marcado por una bipolaridad sistémica. Es decir, por la confrontación entre dos superpotenciasEstados Unidos y la Unión Soviética (URSS) – y sus respectivos bloques. El conflicto se expresó en los planos político-militares, económico, ideológico y cultural, aunque no hubo un enfrentamiento directo entre ambas superpotencias dada la disponibilidad de armas nucleares.

Así como hay quienes consideran que estamos viviendo una nueva Guerra Fría, hay quienes ven las relaciones internacionales actuales con otras perspectivas. Y desde ahí partimos con cuatro puntos de vista.

1. De acuerdo con la revista Harvard International Review, la creciente relación entre China y Rusia ha atraído la atención de muchos y ha suscitado rumores sobre una “nueva Guerra Fría”. Con la ampliación de la OTAN para incluir a Suecia y Finlandia en 2023 y 2024, muchos expertos han planteado la posibilidad de una creciente división global.

Sin embargo, la publicación no considera que hemos llegado a ese punto. De hecho, concluye que tal vez “guerra fría” no sea el término más preciso para definir la alianza entre Rusia y China y su relación con el mundo, ya que si bien se considera que ambos países son las principales amenazas a la estabilidad de Occidente, la realidad es más matizada que una simple dinámica dicotómica.

2. Por su parte, Eduardo Araya, director del Observatorio de Historia y Política de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, expresa en otro artículo que el uso del término Guerra Fría volvió a ponerse de moda en los últimos años, aunque no hay en la actualidad polaridad ideológica, ya que el capitalismo es un modelo compartido.

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Comenta también que el sistema no es bipolar sino multipolar, y que China no se comporta como una potencia revolucionaria (que aspire a transformar radicalmente el sistema, como fue el caso de la URSS). China finalmente, a pesar del crecimiento de su gasto militar, no está en condiciones de disputar todavía en el campo militar la hegemonía norteamericana.

3. Un artículo publicado recientemente en el diario online El Mundo señala que en algunos lugares del mundo la Guerra Fría nunca terminó, dando como ejemplos conflictos como China vs. Taiwán, la división de Corea, el conflicto árabe-israelí, conflictos en diferentes regiones en el centro y este de África, los aliados socialistas de la URSS que huyeron hacia occidente para encontrar refugio en la Unión Europea y en la OTAN (varios de los cuales, entre ellos Ucrania, llevan muchos años de diferencias con Rusia), etc.

No obstante, los autores precisan que dos profesores de la Universidad del Sur de California, Steven Lamy y Robert D. English, acuñaron en 2019 el término Nueva Guerra Fría como el nuevo terreno de juego en el que se iban a producir nuevos conflictos (y/o reproducirse los antiguos), marcado por la globalización, el calentamiento global, la pobreza, la desigualdad y el pujante populismo.

Occidente salió de la Guerra Fría con marcha triunfal prometiendo un mundo en paz y libertad bajo los designios de la democracia, pero no ha respondido a esas promesas”, de acuerdo con el periodista Alberto Rojas, de El Mundo.

4. Finalmente, platicamos con Mariano Aguirre, periodista y analista de política exterior, quien asegura que ya estamos en otra Guerra Fría y compartió algunos puntos de vista en ese sentido.

Cabe señalar que es autor del libro Guerra Fría 2.0 (2023), en el cual presenta las complejas y peligrosas tensiones en el mundo actual, especialmente entre grandes potencias, y entre países emergentes, en el contexto de una crisis climática global, amenazas a la democracia y profunda desigualdad.

P: ¿Por qué consideras que estamos en una nueva Guerra Fría?

–Hay una serie de elementos en común. El principal es que durante la primera Guerra Fría, las grandes potencias políticas, económicas y especialmente militares, mantuvieron entre ellas un altísimo grado de tensión durante varias décadas.

Desplazaron esas tensiones, en muchos casos a guerras indirectas y conflictos en el Sur Global, que entonces llamábamos el tercer mundo. Sin embargo nunca colisionaron de forma armada directamente. En esta nueva Guerra Fría, estamos viviendo una situación similar.

Hoy tenemos a Rusia, como heredera de la antigua Unión Soviética, que ya no es una gran potencia; a China, como gran potencia en ascenso; a Estados Unidos como gran potencia, con problemas y con cierto grado de declive; y a la Unión Europea, que no es una potencia armada, pero sí económica y política.

Mantienen tensiones entre sí en diversas formas y no han entrado en un conflicto armado directo, pero están llevando a cabo un conflicto político, comercial, económico, energético y militar mediante una guerra delegada, la guerra en Ucrania.

P: ¿Cuáles son las principales diferencias versus la Guerra Fría del siglo pasado?

–La diferencia principal es que aquella Guerra Fría se desarrolló entre sistemas económicos diferentes.

Otra diferencia es que si bien durante la Guerra Fría se creó el Movimiento de los Países No Alineados, liderados especialmente por India en aquel momento. Hoy en día, más que países no alineados, tenemos países emergentes, o potencias medianas o regionales, como Brasil y Turquía, entre otros.

Un tercer factor es que hace algunas décadas Estados Unidos estaba en el auge de su poder hegemónico sobre el mundo occidental, mientras que ahora se encuentra en una situación de crisis interna, política, constitucional y social, y ha perdido gran parte de su poder en el mundo, especialmente en zonas donde antes era el poder central hegemónico como en Medio Oriente o América Latina.

P: ¿Ha dejado de funcionar el orden mundial diseñado después de la Segunda Guerra Mundial?

–El orden internacional se encuentra en una situación paradójica. No ha tenido éxito, pero tampoco ha fracasado totalmente. Es criticado por todos lados, pero sin ese orden el sistema internacional estaría peor. Parte de su fracaso se debe a que tiene unas reglas que los países más poderosos no siempre han respetado. Solamente las han hecho valer cuando funcionan para sus intereses.

Es un orden basado en el principio de la soberanía y la no injerencia, aunque países como Estados Unidos, entre otros, han intervenido en repetidas ocasiones en países del Sur Global. Se trata de un sistema que funciona mejor para beneficio de los países más poderosos. Por algo los países emergentes piden reformas con medidas concretas.

El Muro de Berlín

El Muro de Berlín fue un muro de seguridad que formó parte de la frontera interalemana del 13 de agosto de 1961 al 9 de noviembre de 1989. Rodeaba y separaba la zona de la ciudad que era parte de la República Federal de Alemania (RFA), Berlín Oeste, de la capital de la República Democrática Alemana (RDA), Berlín Este. Es el símbolo más conocido de la Guerra Fría y de la división de Alemania.

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