Sandra Ortiz, exalta consejera para las regiones de la Presidencia, se encuentra en el centro de la controversia tras su imputación por la Fiscalía en el caso de corrupción relacionado con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). La exfuncionaria ha señalado a la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), Laura Sarabia, como parte de un montaje para perjudicarla. Ortiz asegura que su imputación es parte de un plan más grande para desviar la atención de los verdaderos responsables del escándalo.
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Denuncias sobre un posible “montaje” desde la Presidencia
El caso de la UNGRD ha tocado de cerca al Gobierno del presidente Gustavo Petro, involucrando a figuras clave como el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla. A raíz de su imputación, Sandra Ortiz habló con Semana, expresando su tranquilidad, pero también dejó claro que su acusación está basada en lo que considera un montaje creado por sectores dentro de la Presidencia para sacrificarla y proteger a otros.
En sus declaraciones, Ortiz aseguró: “Siento que hay gente del Gobierno interesada en que a mí me hagan daño”. Explicó que tiene pruebas que demuestran que fue víctima de una campaña de desprestigio que comenzó con un perfilamiento en los medios de comunicación. “Me están sacrificando para tapar, proteger o cubrir no sé a quién o a quiénes”, manifestó con firmeza.
La relación con Laura Sarabia y el perfilamiento mediático
Una de las principales acusaciones de Ortiz es el comportamiento de Laura Sarabia, quien, según la exalta consejera, estaba perfilándola ante los medios. Ortiz relató que Sarabia le había solicitado la renuncia, pero antes de ceder, exigió hablar directamente con el presidente Petro. Durante ese proceso, se dio un enfrentamiento entre ambas en el que Ortiz le reclamó a Sarabia por las filtraciones en los medios. “No me sentía cómoda con ella”, expresó Ortiz, subrayando que no pudo continuar la conversación sin la presencia del presidente.
Ortiz también denunció que la información que circulaba sobre ella estaba siendo orquestada desde el interior del Gobierno. Aseguró que algunos periodistas la contactaron, informándole que las filtraciones venían de la Presidencia. Además, acusó a Sarabia de estar involucrada en un complot que incluyó la difusión de rumores falsos, como su supuesto hospedaje en el Hotel Tequendama, algo que desmintió rotundamente.
Los cuestionamientos sobre la corrupción en la UNGRD
Ortiz aprovechó para señalar que, aunque ha sido imputada, los verdaderos responsables del saqueo a la UNGRD no han sido identificados ni procesados adecuadamente. Indicó que figuras como el exdirector de la UNGRD, Olmedo López, y Sneyder Pinilla, exsubdirector de la entidad, aún no han dicho la verdad sobre el destino de los recursos. Además, cuestionó por qué la atención no se centra en el actual director de la UNGRD, Carlos Carrillo, quien también ha lanzado serias denuncias sobre el caso.
“Cuento con una muy buena defensa y tenemos una prueba para demostrar que yo no cometí ningún delito. Dígame, ¿yo qué me robé?, ¿qué papel, supuestamente, estoy cumpliendo en todo este entramado de corrupción?”, insistió Ortiz, destacando su desconocimiento sobre los detalles del presunto desfalco.
La exalta consejera cerró sus declaraciones apuntando a que su caso es una cortina de humo creada para desviar la atención de los responsables reales del escándalo. “Eso es lo que yo quiero saber. No puedo decirlo porque no me consta. Alguien se está favoreciendo y quieren calmar ese escándalo conmigo”, concluyó Ortiz, aludiendo a su temor de ser la chivo expiatorio de un escándalo más grande que aún no se ha resuelto.