La crisis migratoria en la selva del Darién tienen en jaque las relaciones internacionales entre Panamá y Colombia, principalmente porque no están en línea con respecto a las medidas de control migratorio. Por un lado, el recién llegado Gobierno de José Mulino a Panamá busca regular la migración y evitar que miles de migrantes ilegales mueran en las selvas panameñas; en contra parte, el presidente Petro, aunque no lo ha expresado explícitamente, ha permitido que la migración ilegal desde Colombia hacia Panamá incremente de forma significativa. Ahora, con el poco trabajo conjunto entre los dos países, Panamá busca imponer multas a los migrantes ilegales.
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Según anunciaron desde el vecino país, cada migrante que no pague la multa no podrá salir del país y en caso de no poder pagar las multas impuestas por el Gobierno, será deportado a su país de origen. Pese a lo severa que parece ser la medida, las autoridades panameñas aseguraron que las multas se ajustarán de tal forma que sea accesible para que el sancionado pueda pagarlas antes de abandonar Panamá. Esto ha generado dudas con respecto a la efectividad de la medida, ya que, en principio, los migrantes ilegales simplemente deben llevar consigo el dinero suficiente para pagar en caso de ser sancionados y seguir su tránsito ilegal hacia los Estados Unidos.
Por su parte, José Mulino, presidente de Panamá, se refirió a los valores que tendrán las sanciones en contra de los migrantes ilegales. “Toda persona que ingrese al país violando los puestos de control migratorio, terrestres, aéreos o marítimos, será multada con un monto que oscila entre mil dólares y cinco mil dólares, según la gravedad de la infracción”, informó Mulino. Estas medidas de Panamá van de la mano con medidas que han intentado implementar para controlar el tránsito ilegal como el cierre de fronteras que hicieron en el Darién, pero que no han sido suficientes.
Según los datos oficiales del Gobierno de Panamá, entre enero y junio de este año habrían atravesado la selva del Darién poco más de 197.000 personas. Tan solo en el sexto mes del año, cerca de 27.500 migrantes cruzaron la peligrosa frontera selvática, de estos, más de 5.600 resultaron ser menores de edad. De igual forma, la mayoría de personas que transitan por ese paso fronterizo provienen de Venezuela, Colombia, Ecuador y China, también informaron que las nacionalidades africanas, aunque han disminuido, son bastante comunes.