El juicio por abusos sexuales en masa en las cercanías a la ciudad francesa de Avignon ha conmocionado a la sociedad gala. Gisele Pelicot, una mujer de 71 años, está en el centro de uno de los caso judicial más escabrosos de la historia francesa. El proceso es contra su marido, Dominique Pelicot, y a 50 hombres acusados de haberla violado mientras estaba inconsciente. El juicio, que ha capturado la atención mediática y ha desatado protestas en todo el país, revela detalles desgarradores de una década de abusos sistemáticos, que fueron grabados y registrados por el llamado “Monstruo de Avignon”, detalla el Daily Mail.
Dominique Pelicot, de 71 años, admitió en la corte que drogaba a su esposa y permitía que otros hombres la violaran mientras ella dormía. Entre los acusados se encuentra Jean Tirano, un ex chef de pastelería, y otros seis hombres que aparecen en videos perturbadores, los cuales fueron reproducidos en la sala del tribunal. Las imágenes mostraban a Gisele Pélicot acostada, inconsciente, mientras los hombres cometían los delitos.
El valor de una víctima que busca justicia
Gisele Pelicot ha demostrado un coraje inmenso al renunciar a su derecho al anonimato con el fin de concientizar sobre el uso de drogas para cometer agresiones sexuales. Hoy, en la audiencia del Tribunal Penal de Vaucluse, solicitó que el público pudiera presenciar las pruebas en video de los abusos que sufrió, algo que el juez Roger Arata lo permitió. Este acceso del público a los videos ha sido una medida inusual en juicios de violación, pero se consideró necesario debido a la magnitud de los crímenes cometidos.
Los videos, grabados por el propio Dominique Pélicot, muestran claramente a la mujer siendo atacada por varios hombres mientras permanecía inconsciente. Los abogados de Gisele argumentaron que las grabaciones desmantelan cualquier defensa de que los acusados no sabían que ella estaba drogada, como algunos han alegado. Según el abogado Antoine Camus, “estas imágenes revelan la verdad y hacen imposible la defensa de violaciones accidentales”.
Según citó el Daily Mail, el juez Arata advirtió a los asistentes: “Quiero informar al público que los vídeos que vamos a proyectar son degradantes y atentan contra la dignidad humana. Ruego a todos los menores de 18 años que abandonen la sala”.
El portal británico detalló que “la señora Pelicot permaneció sentada estoicamente en el tribunal mientras se proyectaban las imágenes. Su marido estaba sentado frente a ella en el tribunal, tapándose los ojos con las manos”.
Estrategia de defensa ante las pruebas de las fiscalías
El caso contra los acusados es sólido, aunque muchos de ellos insisten en su inocencia. Jean Tirano, uno de los principales acusados, negó los cargos de violación y afirmó que fue engañado por Dominique Pelicot, quien supuestamente le dijo que su esposa consentía participar en juegos sexuales donde fingía estar dormida. Otros acusados han dado testimonios similares, alegando que no sabían que Gisele estaba sedada.
Sin embargo, las grabaciones presentadas en la corte muestran una realidad distinta. Gisele Pelicot estaba completamente inconsciente durante los ataques, lo que hace insostenible la versión de que los hombres creyeron que su participación era voluntaria. Dominique Pelicot, por su parte, confesó haber orquestado los abusos, alegando que lo hizo por aburrimiento tras jubilarse como electricista. Según su propio testimonio, comenzó a invitar a hombres, algunos de los cuales padecían enfermedades venéreas, a abusar de su esposa mientras ella dormía.
El impacto de estos testimonios ha sido devastador para Gisele Pelicot y su familia. La hija de Pelicot ha calificado este caso como “el peor escándalo sexual en Francia en los últimos 20 años”. Los abusos solo terminaron en 2019 cuando Dominique Pelicot fue arrestado por un incidente no relacionado en el que fue capturado tomando fotos inapropiadas de mujeres en un supermercado.
Manifestaciones en apoyo de Gisele
Este caso ha provocado una ola de indignación en Francia. Manifestaciones en apoyo a Gisele Pelicot y otras víctimas de violencia sexual se han llevado a cabo en diversas ciudades. En Mazan, la pequeña localidad en el sur de Francia donde ocurrieron los crímenes, está programada una marcha en solidaridad con Gisele. Aunque ella ha declarado que no volverá al pueblo donde sufrió tantas atrocidades, el apoyo del público ha sido inmenso.
A pesar de las abrumadoras pruebas en su contra, algunos de los acusados siguen negando los cargos. Los abogados defensores han intentado limitar el acceso a los videos, argumentando que la difusión pública podría afectar la imparcialidad del juicio. No obstante, la decisión del juez Arata de permitir que el público vea las grabaciones marca un precedente importante en la lucha por la transparencia en los casos de abuso sexual.
La valentía de la víctima
El juicio ha sido pospuesto temporalmente, pero su impacto ya es evidente. Este caso no solo ha sacudido a Francia por la brutalidad de los crímenes, sino que también ha resaltado la importancia de abordar el uso de drogas en delitos sexuales. Gisele Pelicot, al renunciar a su anonimato y permitir que su historia sea pública, ha demostrado un coraje extraordinario. Su lucha por la justicia ha inspirado a muchas otras víctimas a alzar la voz y exigir que los abusadores sean llevados ante la justicia.