Destapar el mayor escándalo en la historia reciente de la Policía Nacional tuvo un alto costo para Ányelo Palacios, el destituido capitán que se atrevió a denunciar que él había sido víctima de presiones para ejercer actividades sexuales. Con su testimonio y algunas pruebas documentales que luego conoció la opinión pública, también dejó en evidencia una red que más tarde sería conocida por la opinión pública como la ‘Comunidad del Anillo’.
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Este escándalo dejó en evidencia una entramado de altos mandos que, según los expedientes judiciales, indujeron a la prostitución a varios cadetes de la Policía. Palacios fue el primero en denunciar estos hechos.
A 10 años del escándalo, el destituido capitán de la Policía lanzó un libro llamado ‘La vida de Ányelo Palacios: un anillo más de la comunidad’. El texto reconstruye el caso de de la famosa red de prostitución, pero también relata la vida de Palacios desde antes de su ingreso a la Policía.
Palacios le contó a PUBLIMETRO las razones por las que decidió escribir un libro, su opinión sobre la condena contra uno de sus señalados abusadores y manifestó su deseo de querer regresar a la Policía.
La idea con la que el capitán en retiro llegó a la Policía fue muy distinta. Tenía apenas 17 años y aunque hubiera preferido estudiar medicina, creó empatía con la institución debido a que su cuñado hacía parte de ella. “Yo siempre fui líder en el colegio, representante en el salón casi todos los años. Me gustaba mucho defender los derechos de mis compañeros y los míos. Yo dije: esta va a ser la carrera que quiero para mi vida, porque estoy plenamente convencido de que voy a trabajar por la comunidad y por la gente. Es lo que me gusta. Ahí fue cuando hice el proceso de incorporación, una competencia con más de 800 jóvenes y quedamos 15″, contó.
Más tarde, se daría cuenta de que en el interior de la institución había un complejo entramado de prostitución del cual fue víctima. Las investigaciones han mostrado que altos mandos de la Policía indujeron a algunos cadetes a someterse a actos sexuales. Y si bien Palacios sostuvo que había sospechas y rumores, sólo pudo constatar que este tipo de hechos se estaban presentando cuando cayó en las redes de estos depredadores.
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Entre otras cosas, el destituido capitán señaló que quiso publicar su propio libro para contar su versión de la historia que tuvo una amplia cobertura en los medios de comunicación.
“Para mí es una red cuando participan varias personas y cometen un delito. En esta red eran oficiales superiores, entonces los oficiales subalternos siempre les guardaban respeto. Cualquier situación, rumor de pasillo o chisme era mejor no tratarlo para no tener inconvenientes. Pero ya directamente me di cuenta cuando ocurrieron mis hechos, cuando fui abusado sexualmente, donde se utilizaron situaciones como droga para lograr el objetivo de ellos”, recordó Palacios.
Además, sostuvo que su caso no fue el único, sino que varios jóvenes policías se vieron sometidos a esta misma clase de abusos sexuales mientras la Comunidad del Anillo estuvo activa dentro de la Policía.
Por su parte, Milton Valderrama, quien coescribió el libro, dijo que durante la construcción del texto encontraron que la Comunidad del Anillo tenía un modus operandi definido. Entre otras cosas, explicó que, tal y como lo contó Palacios, utilizaban drogas y contactaban a las personas en privado.
“Había muchas conexiones. Era una red muy bien montada. Y eso lo podemos ver en el libro”, explicó Valderrama. Y señaló que la jerarquía jugó un papel clave en estos casos. “Es muy fácil ver el toro desde el burladero y decir, hombre, yo hubiera denunciado esto. No, de verdad que cuando hay un abuso psicológico y, sobre todo, cuando hay un poder jerárquico donde es la palabra tuya contra la de una persona que tiene mucho poder, tú lógicamente vas a perder y esto pasa en la historia de Ányelo”, agregó el escritor.
Entre las pruebas que aportó Palacios en su momento, en 2016 se conoció un video en el cual Palacios sostenía una conversación (que databa del 2008) de índole sexual con el entonces viceministro de Relaciones Públicas del Ministerio del Interior, Carlos Ferro, quien para la fecha de grabación del video era senador. De acuerdo con la versión de Palacios, esta era una de las pruebas de que había una red dentro de la Policía que obligaba a algunos agentes a prestar servicios sexuales.
La revelación de estas pruebas no solo llevó a la renuncia de Ferro al Viceministerio, sino también a la salida del entonces director de la Policía, el general (r) Rodolfo Palomino.
Las amenazas y la persecución
Después de que se ventiló en la opinión pública la red de prostitución, Palacios empezó a recibir múltiples presiones. Entre otras cosas, sostuvo que le abrieron múltiples investigaciones disciplinarias.
En efecto, una de ellas llevó a su destitución como capitán de la Policía. El expediente advertía que Palacios habría participado en la presunta extorsión a un comerciante. Él, mientras tanto, advierte que se trataba de un proceso que no tenía ningún asidero probatorio. Según explicó, había dos supuestos policías que habrían pedido dinero a nombre de él, pero aún no han sido ubicados.
A su vez, Palacios sostuvo que debido a las amenazas que recibió contra su integridad tuvo que irse para Estados Unidos, donde se encontraba cuando conversó con PUBLIMETRO.
Entre tanto, las investigaciones por los hechos ocurridos mientras la Comunidad del Anillo operó continúan. En algunos casos la justicia ha avanzado a paso lento, pero ha entregado algunos resultados. Por ejemplo, sólo hasta este año fueron condenados a 10 años y medio de cárcel a los coroneles (r) de la Policía Jerson Jair Castellanos Soto y Wilmer Torres Orjuela, como responsables del delito de costreñimiento a la prostitución.
Catellanos Soto fue señalado por Ányelo Palacios de haberlo abusado sexualmente. Tras la condena por el delito de costreñimiento a la prostitución, la Fiscalía indicó que “entre 2005 y 2006 el señor Castellanos Soto frecuentó la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional General Santander con el propósito de contactar jóvenes, ganarse su confianza con regalos e invitarlos a salir para después ejercer actividades sexuales”.
Sobre esta decisión, Ányelo Palacios le dijo a PUBLIMETRO que prefería no hacer mayores comentarios, pero dijo que es respetuoso de la justicia. “Arriba hay un Dios y esa es la condena que vale”, sostuvo.
El llamado al presidente Gustavo Petro
Debido a estos riesgos que ha enfrentado Palacios durante los últimos años, también aprovechó para hacerle un llamado al presidente Gustavo Petro y al director de la Policía, el general William René Salamanca.
“Quisiera aprovechar el espacio para mandarle un mensaje al señor presidente, al director de la Policía: que por favor cuiden a mi familia. Yo acá me estoy cuidando. Ayuden y cuiden a mi familia”, expresó Palacios.
Así mismo, reiteró su anhelo de regresar a la Policía Nacional. “A la justicia (le pido), por favor, no guarden más mi proceso. Ya no más. ¿Qué más pruebas quieren que les dé? Ya demostré que soy inocente. No me tengan lástima ni consideración, actúen en derecho”, concluyó Palacios.
En ese mismo sentido, Milton Valderrama contó que la intención que tienen con la publicación de este libro no era atacar a la Policía Nacional como institución, sino dejar en evidencia a una red de corrupción que había germinado en su interior.
“Yo creo que el libro puede aporrear a la institución, pero todo remezón y todo golpe que recibimos nosotros es para ver cómo lo solucionamos. Yo creo que el punto aquí es garantizarles a los nuevos aspirantes a ser oficiales de Policía, a los nuevos aspirantes de la Fuerza Pública que van a estar en una institución segura y blindada para ellos”, sentenció Valderrama.