El juicio del “Monstruo de Avignon” ha dejado al descubierto uno de los casos más perturbadores de abuso sexual en Francia, donde están implicados más de 50 hombres que participaron en la violación sistemática de Gisele Pelicot, una mujer drogada por su propio esposo, Dominique Pelicot, detalló el Daily Mail. Entre los acusados destaca la figura de Jacques Cubeau, de 72 años, no solo por ser el “violador” de mayor en edad, sino también por las extrañas justificaciones que ha presentado su defensa, argumentando que solo buscaba disfrutar de una buena jubilación tras años de soledad.
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La insólita defensa de Cubeau
Jacques Cubeau, un exbombero retirado, se encuentra en el centro del caso por ser el acusado de mayor edad, incluso mayor que la víctima. Cubeau ha declarado ante el tribunal que fue arrastrado a este mundo de abusos y encuentros sexuales no consentidos debido a la ruptura de su matrimonio y su desconexión con sus hijos. Asegura que, al quedarse solo, decidió cambiar de vida y, en su búsqueda de compañía, terminó involucrado en prácticas sexuales con desconocidos, entre los que se encontraba Dominique Pelicot.
Cubeau conoció a Pelicot en un pequeño pueblo de Provenza, donde ambos se habían retirado. Lo que comenzó como una simple amistad, pronto se transformó en una peligrosa colaboración. Según su testimonio, Cubeau nunca imaginó que su participación en estos encuentros fuera algo criminal, alegando que creía estar involucrado en juegos sexuales consensuados. Sin embargo, el tribunal ha escuchado pruebas contundentes que muestran lo contrario.
Lo más alarmante del testimonio de Cubeau es que, a pesar de saber que Gisele Pelicot estaba bajo los efectos de sedantes, continuó participando en los actos. Aunque Cubeau ha expresado remordimiento durante el juicio, su defensa ha sido duramente criticada. “Siempre he respetado a las mujeres”, declaró Cubeau en la corte, “y creía que estaba cuidándome a mí mismo en mi jubilación”.
Toda Francia conmocionada
El caso Pelicot ha sacado a la luz una trama de abuso sexual sin precedentes en la historia reciente de Francia. Dominique Pelicot, el esposo de la víctima, organizó durante más de una década estos encuentros con hombres que conocía a través de internet, prometiéndoles relaciones sexuales con su esposa inconsciente. Gisele Pelicot, ahora de 71 años, fue drogada repetidamente por su marido mientras este grababa los abusos.
Jacques Cubeau no es el único acusado en este caso. Junto a él, otros seis hombres han sido identificados públicamente, todos de diferentes edades y profesiones. Estos hombres, como Cubeau, han intentado ocultar sus identidades durante el juicio, pero la magnitud del caso ha expuesto sus actos. Entre ellos se encuentran Lionel Rodríguez, un consultor informático, y Huge Malago, un mecánico de motos. Todos ellos alegan, al igual que Cubeau, que desconocían que Gisele estaba siendo drogada y que creían que participaban en relaciones consensuadas.
El impacto social de este juicio ha sido inmenso, generando un intenso debate sobre la responsabilidad y el consentimiento en situaciones de abuso prolongado. Cubeau, quien afirmó haber sido engañado, ha recibido críticas por su falta de responsabilidad moral, especialmente considerando que conocía desde el principio que la víctima estaba inconsciente durante los encuentros.
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La defensa asegura que no hubo violación
Aunque Cubeau ha intentado mostrar remordimiento en la corte, el hecho de que no haya aceptado completamente su culpa ha complicado su defensa. Al igual que la mayoría de los otros acusados, Cubeau ha negado haber cometido violación, insistiendo en que creyó estar participando en juegos sexuales consensuados. Sin embargo, las declaraciones de Dominique Pelicot, quien confesó haber drogado a su esposa, contradicen las afirmaciones de Cubeau.
La defensa de Cubeau ha sido recibida con escepticismo, tanto por el tribunal como por la opinión pública. Su afirmación de que estaba buscando una “buena jubilación” al participar en estas actividades ha sido vista como un intento de minimizar la gravedad de sus acciones. A medida que avanza el juicio, los fiscales continúan argumentando que Cubeau y los otros acusados eran plenamente conscientes de lo que estaban haciendo y deben ser responsabilizados por sus crímenes.
