Un reciente fallo judicial ha condenado a los policías Alfonso Quinchanegua y Dana Canizales a cumplir diez años de casa por cárcel debido a su implicación en las interceptaciones ilegales de las exempleadas de Laura Sarabia, actual directora del Departamento para la Prosperidad Social (DPS). Este caso ha puesto en el centro del debate público la vulneración de derechos y la ética en el manejo de información sensible por parte de las autoridades.
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La trama se desarrolla en medio de un escándalo que ha sacudido el entorno político colombiano. Las víctimas de estas chuzadas, Marelbys Meza y Fabiola Perea, expresaron el impacto que este incidente ha tenido en sus vidas. Durante la audiencia, Marelbys Meza relató cómo su existencia se transformó drásticamente tras la revelación de las interceptaciones. “A partir de ese momento mi vida cambió, la salud de mi familia, yo siempre he dicho que no he robado nada”, manifestó, dejando claro el daño emocional y psicológico que este proceso ha ocasionado.
Declaraciones de Marelbys Meza
Las declaraciones de Meza no se detuvieron ahí. Durante su testimonio, también mencionó un momento desconcertante que ocurrió antes de su prueba de polígrafo. Según su relato, el encargado de la prueba le transmitió un mensaje que supuestamente provenía de Laura Sarabia. “Pero antes de comenzar el polígrafo, el señor del polígrafo me dice: Le manda a decir la jefa, o sea, la doctora Laura, que si se gastó algo de plata devuelta el resto”, reveló Meza ante el juez. Esta afirmación añade una capa adicional de complejidad al caso, sugiriendo la posible influencia de Sarabia en el manejo del proceso.
La condena a Quinchanegua y Canizales es una medida que ha sido criticada por no ser lo suficientemente severa; sin embargo, era la esperada del sistema judicial en cuanto a la responsabilidad de los funcionarios del orden público en el caso que salpicó a Laura Sarabia.