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Acusado de violar a esposa del Monstruo de Avignon declaró que le pareció “inusual” que la mujer roncara después de ser abusada

Joan Kawai, uno de los acusados en un caso de abuso masivo en Francia, asegura que no pensó que la víctima, Gisele Pelicot, no había consentido los actos.

Francia sigue conmocionada por uno de los casos de abuso más graves de la última década, donde decenas de hombres están acusados de violar a una mujer que fue drogada por su propio esposo durante casi diez años, detalló el Daily Mail. El principal acusado, Dominique Pelicot, de 71 años, es señalado como el organizador de los abusos hacia su esposa Gisele Pelicot, quien también tiene 71 años. Entre los implicados está Joan Kawai, un soldado de 26 años, quien niega haber violado a la mujer a pesar de admitir haber tenido relaciones sexuales con ella mientras estaba inconsciente.

Kawai, uno de los hombres más jóvenes involucrados en este caso, fue arrestado en un cuartel militar tras descubrirse su implicación a través de dispositivos encontrados en la casa de los Pelicot. A pesar de las pruebas en su contra, el joven asegura que no pensó que estaba cometiendo un crimen.

Encuentros organizados por el esposo

Según el testimonio de Kawai, conoció a Dominique Pelicot a través de un sitio web de encuentros llamado Coco.fr, ahora cerrado. En esa plataforma, Dominique le envió mensajes proponiéndole tener relaciones con su esposa, quien, según el esposo, estaba de acuerdo con la situación. Sin embargo, en el juicio, se ha revelado que Gisele Pelicot estaba sedada durante esos encuentros y que no era consciente de lo que sucedía.

Kawai relató que en noviembre de 2019, fue recogido por Pelicot, ya que él no sabía conducir. Lo llevó hasta su casa en Mazan, donde observó cómo el esposo mantenía relaciones sexuales con su esposa dormida. “Me dijo que participara después de que él terminó”, declaró Kawai ante el tribunal. El joven recordó que le resultó extraño que la mujer roncara, pero Pelicot le explicó que estaba bajo el efecto de pastillas para dormir. “Me inquietaba, pero no pregunté mucho más”, confesó.

A pesar de las alarmas que sentía, Kawai admitió haber regresado a la casa en una segunda ocasión. Sin embargo, relató que una tercera visita fue cancelada por Pelicot en el último minuto, lo que aumentó aún más sus dudas sobre la situación.

La cuestión del consentimiento

Uno de los puntos más críticos del juicio ha sido la discusión sobre el consentimiento. El juez Roger Arata interrogó a Kawai sobre si en algún momento consideró si la esposa de Pelicot había consentido el acto. La respuesta del soldado fue contundente: “No me hice esa pregunta”. A esto, el juez respondió con severidad: “Eso responde mi pregunta”. Durante la audiencia, el tribunal mostró videos y fotos tomadas en la casa de los Pelicot, lo que generó una gran incomodidad entre los presentes, incluidos los abogados y familiares de la víctima.

En varios momentos del juicio, Gisele Pelicot, quien ha decidido no ocultar su identidad para visibilizar la gravedad de su situación, se mostró afectada por las pruebas presentadas. Su hijo David la acompañó durante todo el proceso, ofreciéndole apoyo mientras escuchaban los testimonios. La corte también escuchó declaraciones de otros acusados que, al igual que Kawai, intentan justificar sus acciones alegando que desconocían el estado de inconsciencia de la mujer.

Un caso que ha conmocionado al país

El caso de los Pelicot ha generado una ola de indignación en Francia, no solo por la magnitud de los abusos, sino por el hecho de que tantos hombres estuvieran involucrados. Las autoridades han dejado claro que el consentimiento no puede ser otorgado por un tercero, y mucho menos en una situación donde la víctima está incapacitada. “Esto no es solo un crimen, es una violación a los derechos humanos más fundamentales”, declaró uno de los abogados de la familia Pelicot.

Joan Kawai, nacido en Guyana y residente en Francia desde su adolescencia, ha sido uno de los acusados que más atención ha recibido por ser el más joven entre los implicados. A pesar de sus intentos por minimizar su papel en los abusos, las pruebas presentadas en su contra complican su defensa. Aunque Kawai insiste en que “no obtuvo placer” durante sus visitas a la casa de los Pelicot, su responsabilidad en los hechos es innegable para los fiscales.

El juicio continúa, y las consecuencias legales para los implicados podrían ser severas. Este caso ha abierto un debate más amplio en Francia sobre la complicidad y el consentimiento en situaciones de abuso, así como la necesidad de proteger a las víctimas de manera más efectiva.

Este caso sigue en desarrollo, y se espera que en las próximas semanas se presenten más testimonios que podrían cambiar el curso del juicio. Lo que está claro es que, independientemente del resultado, el impacto de este caso se sentirá en la sociedad francesa durante mucho tiempo.

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