El panorama del sistema de salud en Colombia se oscurece cada vez más, con un aumento del 12% en las quejas dirigidas a la Superintendencia de Salud durante el 2024. Esta cifra, que asciende a 928,268 reclamos hasta julio de este año, contrasta significativamente con las 816,555 quejas registradas en el mismo periodo de 2023, evidenciando una creciente insatisfacción entre los pacientes.
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Un factor preocupante es que más de la mitad de estos reclamos provienen de afiliados a entidades promotoras de salud (EPS) que han sido sometidas a intervención. A pesar de las promesas de mejora tras estas intervenciones, los usuarios han señalado que la calidad del servicio no ha cambiado. Las quejas más frecuentes abarcan demoras excesivas en la atención y problemas con la autorización de servicios, lo que ha generado frustración y desconfianza en el sistema.
Según la Fundación Retorno Vital, los tiempos de espera se han incrementado, lo que afecta especialmente a aquellos que requieren atención médica urgente. Este escenario se complica aún más para pacientes con enfermedades huérfanas, quienes han denunciado la suspensión de sus tratamientos por parte de varias IPS y EPS, incluyendo Audifarma. Esta situación pone en riesgo la salud y bienestar de personas que ya enfrentan grandes desafíos en su tratamiento.
Los testimonios de los pacientes reflejan una realidad alarmante: la percepción de que las intervenciones a las EPS no han surtido efecto alguno. La angustia de esperar por atención necesaria se mezcla con la desesperación de aquellos que ven comprometidos sus tratamientos. Con el sistema de salud ya sobrecargado, cada queja y cada historia de mal servicio resaltan la urgencia de una revisión profunda de la calidad de atención y la eficacia de las políticas implementadas.
El aumento en las quejas no solo señala un problema administrativo, sino que también resalta la necesidad de escuchar a los pacientes. Es imperativo que las autoridades tomen medidas inmediatas para garantizar atención oportuna y de calidad.