El juicio contra Dominique Pélicot, conocido como el “Monstruo de Avignon”, dio un giro inesperado cuando el acusado, de 71 años, confesó haber drogado a su esposa Gisèle y permitido que decenas de hombres la violaran, informó el Daily Mail. Durante años, Pélicot había evitado declarar, alegando problemas de salud, pero su confesión de hoy conmocionó a la sala de audiencias y al país entero.
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“Soy un violador, como todos en esta sala”, declaró Pélicot ante el tribunal de lo criminal de Vaucluse en Aviñón, donde enfrenta cargos junto a otros 50 hombres acusados de violar a su esposa durante un período de diez años. Este caso ha capturado la atención mundial por la gravedad y extensión de los delitos. Pélicot podría enfrentar hasta 20 años de prisión si es hallado culpable.
Frente a su exesposo en el tribunal, Gisèle Pélicot expresó entre lágrimas: “Es difícil escuchar esto. Viví con un hombre en quien confié plenamente, y jamás podría haber imaginado que fuera capaz de algo así.”
Un crimen oculto durante una década
Durante más de diez años, Dominique Pélicot sedaba a su esposa con un potente ansiolítico, que disolvía en su cena, para luego permitir que extraños abusaran de ella en su propia casa. Estos encuentros fueron organizados a través de un foro en línea llamado “Sin que ella lo sepa”. Las autoridades han identificado a 51 hombres que participaron en estos crímenes, muchos de los cuales también están siendo juzgados.
Pélicot explicó en su testimonio que sufrió abusos sexuales en su niñez, lo que, según él, influyó en su comportamiento: “No nacemos pervertidos, nos convertimos en uno”, dijo. Sin embargo, trató de justificar sus acciones aludiendo a traumas de su pasado. Afirmó haber sido violado a los nueve años y haber sido testigo de otro abuso a los 14, episodios que marcaron su vida.
Los psicólogos que han evaluado a Pélicot lo describen como un hombre de doble personalidad, “un Jekyll y Hyde”, que se mostraba como un esposo normal durante el día y se transformaba en un depredador sexual por la noche. En su testimonio, Pélicot confesó que grabar los abusos era parte de su “placer”, lo que permitió a la policía identificar a muchos de los hombres que participaron en los crímenes.
El testimonio de Gisèle Pélicot y sus hijos
Gisèle Pélicot, quien ha sido una figura central en este juicio, relató cómo, durante años, fue víctima de estos abusos sin tener conocimiento de lo que estaba sucediendo. Fue solo en 2020, cuando Pélicot fue arrestado por filmar a mujeres en un supermercado, que las autoridades descubrieron cientos de vídeos y fotografías de los abusos cometidos contra ella.
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“Tuve que hacerme pruebas de VIH porque uno de los hombres que me violó era seropositivo”, declaró Gisèle en el tribunal. El sufrimiento de la víctima y la magnitud de los crímenes cometidos contra ella han generado una ola de indignación en Francia. Miles de personas han salido a las calles en apoyo a Gisèle, exigiendo justicia para ella y para todas las víctimas de violencia sexual.
Caroline Darian, hija de la pareja, también brindó un testimonio clave en el juicio, describiendo a su padre como “uno de los mayores depredadores sexuales de los últimos años”. Caroline, quien ha fundado un grupo de protesta contra la “sumisión química”, relató cómo su padre la fotografió desnuda en secreto, al igual que a sus dos cuñadas. “Arruinó nuestras vidas”, afirmó en su declaración.
El papel de los otros acusados y el impacto del caso en Francia
Además de Pélicot, otros 50 hombres están siendo juzgados por su participación en las violaciones de Gisèle. De estos, 14 ya han admitido su culpabilidad, mientras que el resto sigue negando cualquier implicación. Varios de los acusados pertenecen a sectores respetados de la sociedad, incluidos funcionarios públicos, militares y periodistas, lo que ha aumentado la gravedad del caso y el impacto social en Francia.
El juicio ha generado un profundo debate en el país sobre la violencia de género y el abuso sexual, y ha puesto de manifiesto la necesidad de una reforma en los mecanismos de protección para las víctimas. Las manifestaciones en apoyo a Gisèle y en repudio a Pélicot y los demás acusados se han multiplicado por todo el país, en ciudades como París, Lyon y Marsella.
Mientras el juicio avanza, se espera que la declaración de Dominique Pélicot y su admisión de culpabilidad influyan significativamente en el veredicto final. Los psicólogos y expertos han señalado que la confesión de Pélicot, aunque impactante, no es suficiente para reducir su responsabilidad en los crímenes cometidos.
El cierre de un capítulo doloroso
A medida que el juicio se acerca a su conclusión, previsto para diciembre, Francia sigue atenta al desarrollo de los acontecimientos. La confesión de Pélicot, aunque trágica, ha proporcionado algo de alivio a las víctimas y a sus familias, quienes han esperado años para escuchar una admisión de culpabilidad por parte del hombre que destruyó sus vidas.
La lucha de Gisèle Pélicot por justicia ha inspirado a muchos en Francia, y su valentía para enfrentar a su agresor ha sido aplaudida por la sociedad. Este juicio, que ha sacudido al país y al mundo, marca un punto de inflexión en la batalla contra la impunidad en casos de abuso sexual. Francia espera que se haga justicia no solo para Gisèle, sino para todas las víctimas que han sufrido en silencio.
El destino de Dominique Pélicot y los demás acusados se decidirá en los próximos meses, pero una cosa es segura: este juicio ha cambiado para siempre la manera en que Francia aborda la violencia de género y los crímenes sexuales.