El 13 de febrero de este año, la tranquila localidad de Binningen, cercana a Basilea, fue testigo de uno de los crímenes más espeluznantes en la historia reciente de Suiza. Kristina Joksimovic, de 38 años, exfinalista de Miss Suiza, fue brutalmente asesinada y desmembrada por su esposo Marc Rieben, de 41 años. Según informes policiales y declaraciones de la familia, el padre de Kristina fue quien encontró los restos de su hija en una bolsa de basura dentro del cuarto de lavado de la vivienda familiar, un descubrimiento que ha dejado cicatrices imborrables en la familia y en la comunidad, reveló el diario británico Daily Mail.
PUBLICIDAD
El caso ha generado una ola de conmoción en el país y en la comunidad internacional, no solo por la crueldad del crimen, sino también por las circunstancias que rodearon el macabro hallazgo. A pesar de que Rieben convivió durante horas con el padre de Kristina, cenando y cuidando de las dos hijas pequeñas de la pareja, nunca mostró signos de arrepentimiento o nerviosismo, engañando a todos sobre el paradero de su esposa.
Los detalles del crimen que estremecen a Suiza
Kristina Joksimovic, una exmodelo y entrenadora de pasarela, fue asesinada por su esposo Marc en lo que las autoridades describen como un acto de violencia extrema. Según el informe de la autopsia, Kristina fue estrangulada hasta la muerte antes de que su cuerpo fuera desmembrado con herramientas como una sierra eléctrica y tijeras de podar. Lo más perturbador es que Rieben utilizó una licuadora industrial para triturar partes del cuerpo de su esposa, un acto que la corte suiza ha descrito como indicativo de una grave enfermedad mental subyacente.
El cuerpo de Kristina presentaba signos de violencia física previos a su muerte, incluyendo contusiones y cortes en diversas partes. La autopsia también reveló que su útero fue extraído deliberadamente, lo que refuerza la teoría de una posible mutilación ritual o degradación sistemática del cuerpo. Mientras cometía estos actos atroces, Marc reproducía videos en su teléfono móvil, lo que añade una dimensión aún más macabra al crimen.
Un padre destrozado por el horror
El padre de Kristina fue la primera persona en descubrir el macabro destino de su hija. Después de pasar horas en la casa con su yerno y sus nietas, comenzó a buscar pistas sobre el paradero de Kristina, quien no había sido vista desde el día anterior. Cuando llegó al cuarto de lavado, descubrió una bolsa de basura con mechones de cabello rubio sobresaliendo. Al abrir la bolsa, encontró la cabeza decapitada de su hija, lo que lo llevó a salir corriendo en estado de shock y pedir ayuda.
El impacto de este hallazgo ha sido devastador para la familia. Amigos cercanos han informado que tanto el padre como la madre de Kristina están recibiendo tratamiento psicológico debido al trauma, y que la madre de la víctima está completamente destruida por la pérdida. “No hay consuelo para algo así”, dijo una amiga cercana de la familia, señalando que la justicia nunca será suficiente para aliviar el dolor que sienten.
Una batalla legal y familiar por la custodia de las hijas
Mientras el proceso judicial contra Marc Rieben avanza, otra batalla se está librando en los tribunales: la custodia de las dos pequeñas hijas de la pareja, de tres y cuatro años. Actualmente, las niñas están al cuidado de los padres de Kristina, pero su capacidad para mantener la custodia a largo plazo ha sido cuestionada debido a su edad avanzada y su estado mental afectado por el crimen.
PUBLICIDAD
Marc Rieben proviene de una familia adinerada, y su hermana, con el apoyo financiero de su padre millonario, ha solicitado la custodia de las niñas. Esta disputa ha generado preocupación entre los amigos cercanos de la familia, quienes temen que el poder económico de la familia de Marc pueda inclinar la balanza a su favor, dejando a las niñas en una situación aún más incierta.
Los abogados de ambas partes han comenzado a preparar sus casos, mientras los expertos en bienestar infantil evalúan el entorno más seguro y adecuado para las niñas. A pesar de la lucha legal, quienes conocen de cerca a la familia de Kristina afirman que las niñas han sido tratadas por psicólogos infantiles, quienes les han explicado de manera delicada que su madre “ya no está” y que “se ha ido a dormir para siempre”.
Un juicio rodeado de polémica y horror
El juicio de Marc Rieben ha estado marcado por detalles espeluznantes que han salido a la luz durante las audiencias. A pesar de que inicialmente alegó haber actuado en defensa propia tras ser atacado por Kristina con un cuchillo, el tribunal suizo ha rechazado esta versión debido a las pruebas forenses que contradicen sus afirmaciones.
La corte también señaló que el método sistemático y planificado con el que desmembró el cuerpo de Kristina, así como los intentos de eliminar rastros y pruebas, demuestran una intención deliberada y calculada. Marc incluso escondió el teléfono móvil de su esposa en un camión de reparto, probablemente con la esperanza de dificultar la investigación.
Uno de los aspectos más alarmantes del caso es la posibilidad de que Marc padezca un trastorno mental grave, con tendencias sádico-sociopáticas. Los expertos han señalado que su comportamiento violento y la mutilación ritual del cuerpo sugieren la presencia de un trastorno psicológico profundo, lo que ha llevado a las autoridades a mantenerlo bajo custodia mientras se continúa con la evaluación de su estado mental.
Un legado marcado por el horror
Kristina Joksimovic fue una figura conocida en Suiza no solo por su participación en certámenes de belleza, sino también por su trabajo como entrenadora y mentora de nuevas generaciones de modelos. Su agencia de coaching, fundada en 2007, ayudó a muchas mujeres a ganar confianza y a desarrollar su presencia tanto en las pasarelas como en el ámbito empresarial.
Su muerte ha dejado un vacío profundo entre quienes la conocieron y admiraron. Amigos cercanos y antiguos compañeros de trabajo han rendido tributo a Kristina, dejando flores y cartas en su casa y en su tumba. Entre los homenajes más emotivos se encuentra una obra de arte creada por sus hijas, con un mensaje escrito en serbio que dice: “Te amamos”.
Este crimen ha puesto de manifiesto la fragilidad de la vida y la oscuridad que puede esconderse detrás de una fachada de normalidad. Amigos y familiares de Kristina continúan buscando justicia y un cierre para este capítulo doloroso, aunque saben que nada podrá devolverles a la mujer vibrante y carismática que tanto impactó en sus vidas.
En medio del dolor, la familia de Kristina sigue luchando por el bienestar de sus hijas, intentando encontrar una forma de seguir adelante mientras el juicio y la batalla por la custodia continúan. El legado de Kristina, tanto como madre como profesional, será recordado por todos aquellos que tuvieron la fortuna de conocerla.
