En el último año, Colombia ha sido testigo de una preocupante ola de cierres en el sector educativo privado. Según el Directorio Único de Establecimientos Educativos (DUE), 769 colegios privados han cerrado sus puertas en el último año, representando una reducción del 6.8% en el total de instituciones activas. Este fenómeno se ha convertido en una alarma para el sistema educativo del país, que está experimentando una transformación significativa.
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Entre los casos más destacados se encuentran instituciones emblemáticas como el Colegio La Presentación Sans Façon en Bogotá, que cerrará tras 126 años de historia, y el Colegio La Quinta del Puente en Floridablanca, reconocido por su excelencia académica y que en su última etapa apenas logró matricular 85 alumnos, insuficiente para sostener su operación. El Colegio Seminario San Pío X, también en Floridablanca, ha enfrentado una situación similar, siendo conocido por su alto nivel académico, pero con una matrícula reducida a solo 70 estudiantes en su último año.
El impacto de estos cierres no se limita a las instituciones de élite; afecta a colegios de todos los niveles socioeconómicos. Según Carlos Roberto Ramos, rector del Colegio San Alejo, el fenómeno es generalizado y no discrimina entre colegios de diferentes estratos. Martha Yaneth Castillo, presidenta de la Confederación Nacional de Asociaciones de Rectores y Colegios Privados de Colombia (Andercop), subraya que muchos de estos colegios pertenecen a estratos 3 y 4, desafiando la percepción de que el sector privado está compuesto principalmente por instituciones de alto costo.
Las razones detrás de este dramático descenso son múltiples y complejas. Una de las causas principales es la disminución en el número de estudiantes. La reducción en la tasa de natalidad en Colombia, que ha caído de 750,000 nacimientos en el año 2000 a 510,000 en 2023, ha reducido el número de niños en edad escolar, afectando tanto a colegios privados como públicos. La crisis económica generada por la pandemia también ha exacerbado esta situación.
Datos del Sistema de Información Nacional de Educación Básica y Media (Sineb) muestran que, durante la emergencia sanitaria, hubo una migración significativa de estudiantes de colegios privados a públicos. Aunque el sector privado logró recuperar parte de estas matrículas en 2022, la presión financiera sobre muchas instituciones continúa siendo alta.
Además, factores económicos como la alta carga impositiva, el costo elevado de los servicios públicos y el control gubernamental sobre las tarifas de matrícula y pensiones han añadido una presión adicional sobre los colegios privados. Estos costos no siempre se ajustan a los ingresos que generan, lo que ha llevado a algunos a enfrentar dificultades insostenibles.
En Bogotá, la Secretaría de Educación ha reportado el cierre de 26 instituciones privadas entre enero y junio de 2024, atribuyendo estas clausuras a factores diversos como movimientos demográficos y problemas administrativos. La tasa de fertilidad en la capital ha disminuido, lo que ha impactado directamente en la matrícula escolar.
El cierre de colegios privados también refleja una preocupación más amplia sobre la capacidad del sector para adaptarse a las nuevas realidades económicas y demográficas. La disminución en el número de estudiantes matriculados y el aumento de costos operativos están creando un entorno desafiante para muchas instituciones.
