El asesinato de una exmodelo y finalista de Miss Suiza, Kristina Joksimovic, de 38 años, ha estremecido a la nación alpina y al mundo entero. Su esposo, un empresario suizo identificado por los medios locales con el seudónimo de Thomas, ha sido acusado de perpetrar un crimen horrendo en su hogar en Binningen, cerca de Basilea. Los detalles macabros del caso, revelados en documentos judiciales, a los que tuvo acceso del diario británico Daily Mail, muestran la crueldad de un asesinato que desafía la comprensión. Los informes forenses y declaraciones de testigos han esbozado un panorama aterrador de lo sucedido el 13 de febrero, cuando Kristina fue encontrada sin vida, y cuyo cuerpo sufrió mutilaciones tan extremas que los expertos consideran que podrían estar vinculadas a un trastorno mental del acusado.
PUBLICIDAD
Un crimen planeado y sádico
De acuerdo con la autopsia, Kristina fue estrangulada antes de ser decapitada por su esposo, quien utilizó herramientas como una sierra, cuchillos y tijeras de podar para desmembrar su cuerpo. Las revelaciones del caso indican que Thomas no solo descuartizó a su esposa, sino que también utilizó una licuadora industrial para triturar partes de su cuerpo y, además, intentó disolver otras partes en una solución química.
Uno de los detalles más impactantes es que, mientras realizaba estas atroces acciones, Thomas se encontraba viendo videos en YouTube desde su teléfono móvil, lo que ha generado aún más repulsión y desconcierto entre los investigadores y el público.
Los informes médicos señalan que la causa de muerte de Kristina fue el estrangulamiento, y su cuerpo presentaba múltiples signos de agresión física antes del asesinato. Las heridas en su rostro y las marcas de golpes en diferentes partes de su cuerpo sugieren que fue sometida a una violencia brutal antes de ser asesinada.
Además de la decapitación, Thomas también removió de forma meticulosa el útero de la modelo, lo que ha llevado a los expertos a concluir que podría tratarse de un acto ritualizado, posiblemente vinculado a un desorden mental. Los forenses han destacado que la forma en que el cuerpo fue mutilado y los intentos de ocultar el crimen no concuerdan con una reacción de pánico o defensa propia, como inicialmente alegó el acusado.
Un historial de violencia y un matrimonio en crisis
El matrimonio entre Kristina y Thomas, que se había celebrado en 2017, parecía, en apariencia, feliz. Sin embargo, detrás de las fotos idílicas que compartían en redes sociales, se escondía una relación en una crisis galopante. Amigos cercanos de la víctima han declarado que Kristina tenía planes de dejar a su esposo debido a su comportamiento violento, pero temía por su seguridad y la de sus dos hijas pequeñas.
La violencia doméstica no era un fenómeno nuevo en la vida de Thomas. Según revelaciones del proceso judicial, su expareja había sufrido abusos físicos y emocionales durante su relación con él, incluso antes de que conociera a Kristina. En uno de los testimonios, la exnovia relató que Thomas llegó a pasarle el coche por encima del pie en uno de sus arranques de ira.
PUBLICIDAD
Este patrón de violencia escaló en su relación con Kristina, y la policía fue llamada a su hogar en múltiples ocasiones por denuncias de abuso. A pesar de esto, Thomas mantuvo una imagen pública como un empresario respetable y padre de familia, lo que hacía difícil para quienes lo rodeaban creer la gravedad de los problemas que enfrentaban en privado.
La presión por mantener su empresa y la posible separación de Kristina parecen haber sido los detonantes de su ataque final. Según sus propias declaraciones en el juicio, Thomas afirmó que se encontraba “atrapado en un túnel” debido al miedo de perder a sus hijas, su casa y su negocio, lo que le llevó a actuar sin pensar en las consecuencias de sus acciones.
Un caso que sacude a Suiza
El asesinato de Kristina no solo ha conmocionado a la opinión pública suiza, sino que también ha generado un intenso debate sobre la violencia de género y la necesidad de mayores protecciones para las víctimas. La brutalidad del crimen ha puesto de manifiesto la importancia de actuar de manera más contundente ante señales de abuso doméstico.
Muchas figuras públicas suizas, incluidos exconcursantes de Miss Suiza y amigos de Kristina, han expresado su consternación y dolor por la pérdida de una mujer que era conocida por su amabilidad y generosidad. Las redes sociales se han llenado de mensajes de apoyo a la familia de la víctima, especialmente a sus dos hijas pequeñas, quienes ahora se enfrentan a un futuro sin su madre.
Por su parte, la defensa de Thomas ha tratado de justificar sus acciones alegando una supuesta incapacidad mental que lo llevó a cometer el crimen. Sin embargo, el tribunal suizo ha señalado que las pruebas forenses y la planificación detrás del asesinato contradicen esta versión, y han dejado claro que Thomas es responsable de sus actos.
A medida que el juicio continúa, la sociedad suiza observa con atención el desenlace de uno de los casos más terribles de violencia de género que el país ha presenciado en los últimos años. El caso de Kristina Joksimovic ha puesto en primer plano la urgencia de combatir la violencia doméstica y brindar más apoyo a las víctimas para que puedan escapar de relaciones peligrosas antes de que sea demasiado tarde.
El destino de Thomas aún está en manos de la justicia suiza, pero las consecuencias de sus acciones ya han dejado una marca imborrable en la vida de sus hijas y en la memoria colectiva de una nación horrorizada por la crueldad de este asesinato.
