El paro de camioneros no se detonó de la noche a la mañana. Durante un año y 10 meses el Gobierno y los representantes de nueve asociaciones han estado debatiendo sobre los posibles impactos de un incremento total de 6.000 pesos en el precio del galón del diésel. La necesidad el incremento salió a la luz tras la pandemia porque para entonces, los precios de la gasolina y del diésel o ACPM se congelaron, como medida para mitigar el impacto al bolsillo de los colombianos.
En su momento se impulsó un fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) que subsidiaba la diferencia del precio que pagaban los consumidores por los combustibles en comparación con el precio internacional. Desde octubre de 2022 comenzó el proceso de reajuste en el precio de la gasolina llevando a un aumento de alrededor de 5.000 pesos el precio del galón y ahora, el turno era para ACPM, donde se esperaban 3 incrementos de 2.000 pesos cada uno.
Tras la activación de mesas de diálogo, el panorama no parece ser favorable. Pues, aunque desde el Gobierno se propuso congelar los otros dos incrementos, líderes rechazaron esta opción y las movilizaciones y bloqueos continuaron.
Ahora, en la más reciente movida del Ministerio de Transporte, en redes sociales se ha hecho visible una campaña en la que se explican los puntos del Gobierno argumentando que los incrementos son más que necesarios porque con el dinero que ingresaría, se podrían ejecutar otros proyectos como educación y demás.
En cuanto a los precios, desde el ministerio también han buscado demostrar que los incrementos no dejan a Colombia como uno de los países con mayor precio en los combustibles, alegando así que con los aumentos se busca asegurar una sostenibilidad fiscal a largo plazo.
