El exalcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, no tardó en expresar su condena hacia el presidente Gustavo Petro, luego de que este hiciera una polémica declaración sobre las periodistas en Colombia. El comentario de Petro, quien describió a algunas periodistas como “muñecas de la mafia”, ha generado una ola de críticas que pone en evidencia la tensión entre el poder político y los medios de comunicación en el país.
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El ataque verbal del presidente Petro ocurrió el pasado 30 de agosto durante una ceremonia en el departamento del Chocó, en la cual Iris Marín Ortiz asumió el cargo de defensora del Pueblo, siendo la primera mujer en ocupar ese puesto en la historia del país. En su discurso, Petro se refirió a ciertas periodistas como “muñecas de la mafia” y cuestionó su rol en la cobertura de las protestas sociales, afirmando que habían contribuido a la criminalización de las manifestaciones pacíficas.
La reacción de Enrique Peñalosa no se hizo esperar. En una publicación en sus redes sociales, el exalcalde calificó el comentario del presidente como “indigno” de su posición y “vergonzoso” en un contexto personal. Peñalosa subrayó que tales afirmaciones no solo son ofensivas, sino que también ponen en riesgo la seguridad de las periodistas, al insinuar una asociación con el crimen organizado.
“Que el presidente de la República llame “muñecas de la mafia " a periodistas colombianas es indigno de su cargo, vergonzoso como persona, y muy peligroso para ellas. Una vez más, Petro miente y calumnia”, señaló Peñalosa en su mensaje.
En un intento por mitigar la controversia, el presidente Petro emitió una nueva declaración en sus redes sociales el mismo día, aclarando que su comentario no estaba dirigido a todas las periodistas, sino a aquellas que, según él, han estado al servicio de intereses mafiosos. Petro aseguró que su intención era destacar la existencia de periodistas comprometidos con el crimen organizado, aunque el nuevo mensaje no logró apagar la polémica.
Además, el presidente defendió el valor del periodismo como una herramienta esencial para investigar la verdad y ejercer una función crítica hacia el poder. Sin embargo, la controversia refleja una preocupación más amplia sobre la forma en que los discursos políticos pueden influir en la percepción pública de los medios de comunicación y la seguridad de sus profesionales.
Este incidente pone de relieve la tensión existente entre el gobierno y los medios de comunicación en Colombia, donde las acusaciones y la descalificación pueden tener consecuencias graves para la libertad de prensa y la seguridad de los periodistas. A medida que el debate continúa, el rol de los medios en la vigilancia del poder y la protección de la libertad de expresión seguirá siendo un tema crucial en el panorama político del país.