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Esposo drogaba a su mujer para facilitar violaciones de más de 50 desconocidos durante una década

Los 51 acusados, cuyos rangos de edad oscilan entre 21 y 68 años, serán juzgados por su participación en estos actos

Un perturbador caso de abuso sistemático en Francia ha sacudido al país y al mundo entero. Un hombre jubilado enfrentará juicio a partir del próximo lunes en Aviñón, acusado de haber sometido a su esposa a una década de violaciones repetidas, facilitadas mediante el uso prolongado de drogas. El caso, que involucra a 51 acusados en total, destaca por la extrema crueldad y la complejidad del esquema de abuso conocido como sumisión química.

Durante casi diez años, el acusado, un ex-empleado de la empresa eléctrica EDF, utilizó ansiolíticos para mantener a su esposa en un estado de inconsciencia, permitiendo que una serie de desconocidos la violaran en su domicilio en Mazan, una localidad en el sur de Francia. Las audiencias del juicio, que se extenderán durante cuatro meses, revelarán detalles horrendos sobre los abusos sistemáticos que tuvieron lugar entre 2011 y 2020.

Los 51 acusados, cuyos rangos de edad oscilan entre 21 y 68 años, serán juzgados por su participación en estos actos atroces. Este grupo incluye una variedad de profesionales, desde bomberos y enfermeros hasta empresarios y periodistas, todos implicados en un esquema de abuso que ha desafiado las normas morales y legales. Los expertos forenses han señalado que, a pesar de sus diferentes ocupaciones y estatus social, todos los acusados compartían una perturbadora sensación de poder y dominio sobre el cuerpo femenino.

El proceso judicial revela una serie de tácticas manipuladoras utilizadas por el acusado principal para facilitar los abusos. Los hombres que participaron en estas violaciones fueron reclutados a través de un sitio de encuentros, ya cerrado, y recibieron instrucciones precisas para minimizar pruebas y evitar que la víctima se despertara. El acusado principal no solo facilitó estos abusos, sino que también participó en ellos y los grabó, utilizando el material como una forma de satisfacción personal.

La víctima, que no era consciente de los abusos debido a su estado inducido por drogas, solo descubrió la verdad en 2020, después de que su marido fuera atrapado filmando de manera inapropiada a otras mujeres en un centro comercial. Una investigación exhaustiva reveló miles de fotos y videos en los que se la veía inconsciente y siendo abusada. Los investigadores también encontraron comunicaciones en las que el acusado invitaba a otros a participar en estos actos de violencia.

El caso ha tenido un profundo impacto en la familia de la víctima. Su abogado, Antoine Camus, ha descrito el proceso como una experiencia “terrible” para ella, quien ahora tendrá que enfrentarse a las imágenes y relatos de los abusos que sufrió sin tener recuerdos directos de ellos. Además, la hija de la pareja, Caroline, ha entrado en la lucha contra la sumisión química a través de la asociación “No me duermo”, después de haber sido también víctima de su padre en el pasado, aunque sin pruebas suficientes para confirmar tales alegaciones.

Este caso no solo destaca la crueldad del abuso sexual facilitado por drogas, sino que también pone de relieve la necesidad de una mayor conciencia y acción para combatir la sumisión química y proteger a las víctimas de este tipo de explotación. La sociedad y el sistema judicial ahora deben enfrentar el desafío de hacer justicia y prevenir futuros casos similares.

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