Javier Acosta, un ferviente seguidor del club Millonarios, ha decidido enfrentar su destino de una manera dolorosa pero digna. Hace nueve años, un trágico accidente durante un viaje para ver a su equipo dejó a Acosta en silla de ruedas. Sin embargo, su vida sufrió otro golpe devastador cuando una infección adquirida en una piscina de Melgar, conocida como Candida Auris, agravó su situación de salud hasta llegar a una decisión terminal.
La Candida Auris es un hongo resistente a múltiples medicamentos y capaz de causar infecciones graves y a menudo mortales. En el caso de Acosta, la infección comenzó en el glúteo izquierdo y se propagó al hueso, una condición médica denominada osteomielitis. Aunque inicialmente la infección fue tratada y controlada, se extendió al hueso derecho y eventualmente afectó su sistema sanguíneo, intensificando el dolor y las complicaciones.
En una reciente entrevista con Noticias Caracol, Acosta relató el sufrimiento extremo que ha soportado. “El dolor es tan intenso que mis dosis de morfina han aumentado de cuatro miligramos a diez miligramos. A pesar de la morfina, el dolor persiste y solo se calma parcialmente,” expresó Acosta, reflejando la dureza de su situación.
Los médicos le informaron que, de no responder al tratamiento, la opción sería amputar su pierna derecha, y si la infección continuaba expandiéndose, se tendría que proceder con amputaciones adicionales. Ante la perspectiva de una vida llena de dolor y sin mejoras, Acosta tomó la decisión de solicitar la eutanasia. La solicitud fue aprobada y se ha programado para el 30 de agosto al mediodía.
La eutanasia, o muerte asistida, es un procedimiento médico que pone fin a la vida de un paciente en situaciones de enfermedades terminales e incurables. Este proceso, que no es ampliamente aceptado y requiere una rigurosa evaluación médica, se lleva a cabo cuando se confirma que la condición del paciente es irreversible y su sufrimiento es intolerable.
Acosta, en su última declaración, comentó: “Voy a ir con Dios. Estaré en el cielo y descansaré”.
¿Qué es la Candida Auris?
La Candida Auris es un hongo que ha cobrado notoriedad en los últimos años debido a su capacidad para causar infecciones graves en seres humanos y su notable resistencia a múltiples medicamentos antifúngicos. Descubierta por primera vez en 2009 en el canal auditivo de un paciente en Japón, la Candida Auris se ha convertido rápidamente en una preocupación de salud pública a nivel global. A diferencia de otros hongos, este microorganismo tiene la capacidad de sobrevivir en el medio ambiente y persistir en superficies durante períodos prolongados, lo que facilita su propagación en entornos hospitalarios.
Una de las características más alarmantes de la Candida Auris es su capacidad para desarrollarse en múltiples regiones del mundo, afectando a personas de diferentes edades y condiciones de salud. Aunque puede colonizar la piel y otras áreas del cuerpo sin causar síntomas en individuos sanos, en personas con sistemas inmunológicos debilitados, la Candida Auris puede causar infecciones invasivas, que en muchos casos resultan difíciles de tratar y pueden llegar a ser mortales.
Signos y síntomas de la infección por Candida Auris
La infección por Candida Auris puede manifestarse de diversas formas, dependiendo del lugar del cuerpo que se vea afectado. Sin embargo, las infecciones invasivas son las más preocupantes, ya que pueden afectar la sangre, el sistema nervioso central y otros órganos vitales. A continuación, se describen algunos de los signos y síntomas comunes:
- Fiebre Persistente: Uno de los síntomas más comunes en pacientes con infección por Candida Auris es la fiebre que no responde a los tratamientos habituales con antibióticos.
- Dolor en el Área Afectada: Dependiendo del sitio de la infección, puede haber dolor localizado, ya sea en la piel, el abdomen, o incluso dolor de cabeza si la infección se encuentra en el cerebro.
- Dificultad Respiratoria: En casos de infecciones en los pulmones, los pacientes pueden experimentar dificultad para respirar.
- Fatiga y Debilidad: La infección puede llevar a una sensación general de debilidad, fatiga y malestar, especialmente en casos avanzados.
Es importante destacar que los síntomas de la infección por Candida Auris pueden ser inespecíficos, lo que complica su diagnóstico y manejo temprano. En muchos casos, la infección se diagnostica solo después de que los tratamientos antibióticos convencionales no logran resolver los síntomas.
Tratamiento de la infección por Candida Auris
El tratamiento de la Candida Auris representa un desafío considerable debido a su resistencia a los medicamentos antifúngicos tradicionales. Sin embargo, existen opciones de tratamiento que se utilizan dependiendo de la sensibilidad del hongo a ciertos antifúngicos:
- Equinocandinas: Estas son generalmente la primera línea de tratamiento. Las equinocandinas, como la micafungina, caspofungina y anidulafungina, son efectivas en muchos casos, pero no en todos.
- Azoles y Polienos: En casos donde las equinocandinas no son efectivas, se pueden usar azoles (como el fluconazol) o polienos (como la anfotericina B). Sin embargo, la Candida Auris muestra resistencia a estos fármacos en muchos casos.
- Tratamientos Combinados: En situaciones graves, los médicos pueden optar por una terapia combinada de antifúngicos para intentar superar la resistencia del hongo.
El manejo adecuado de las infecciones por Candida Auris también implica medidas de control de infecciones en hospitales y otras instalaciones de salud. Debido a su capacidad para sobrevivir en superficies y dispositivos médicos, es crucial realizar una limpieza exhaustiva y aislamiento de los pacientes infectados para evitar la propagación del hongo.