El pasado domingo 28 de julio Venezuela tuvo una jornada electoral histórica en la que millones de venezolanos acudieron masivamente a la urnas buscando, en su mayoría, derrocar al régimen oficialista. La contienda enfrentaba a Edmundo González, candidato de la oposición, y a Nicolás Maduro, presidente que buscaba la reelección. Los resultados generaron polémica e iniciaron una crisis diplomática en la región en la que la opinión se dividió entre los países que reconocieron la victoria y los que no.
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Según el Centro Nacional Electoral de Venezuela Nicolás Maduro fue el ganador de las elecciones con el 51% de los votos, pero la presentación la hicieron con unas estadísticas que sumaban 132%. Por su parte, la oposición aseguró que Edmundo González fue el ganador con un porcentaje favorable superior al 60% de los votos, además exigieron que el CNE presentara las actas de votación reales, ya que aseguran que las presentadas estaban manipuladas.
Por su parte, Chile, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay rechazaron por medio de un comunicado conjunto el fallo del Tribunal Supremo de Justicia, con el que aseguran que Maduro es el legítimo presidente del vecino país. Llamó la atención que Colombia no hace parte de los países que rechazaron el fallo del TSJ, además, varios han criticado que desde el país no han sido enérgicos en señalar la situación en Venezuela.
“Los países que suscriben, reiteran que solo una auditoría imparcial e independiente de los votos, que evalúe todas las actas, permitirá garantizar el respeto a la voluntad popular soberana y la democracia en Venezuela. Al igual que el resto de la comunidad democrática internacional, continuaremos insistiendo en el respeto a la expresión soberana del pueblo venezolano que el pasado 28 de julio se pronunció de manera pacífica y contundente”, aseguraron los países que rechazaron los resultados en el vecino país.
