Es la única reliquia que da una imagen completa de como era la imagen de Jesús, pero siempre ha estado en duda su autenticidad, hoy la historia del Sudario de Turín registró un giro gracias a una investigación que utilizó la más moderna tecnología, detalló el diario británico The Sun.
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El enigmático Sudario de Turín, una de las reliquias más controvertidas y estudiadas del mundo, ha vuelto a ser el centro de atención tras un reciente estudio que sugiere que su origen podría remontarse a hace 2000 años.
Este descubrimiento podría respaldar la creencia de que el sudario perteneció realmente a Jesús de Nazaret, reavivando discusiones teológicas y científicas que han persistido durante siglos.
Tecnología de vanguardia avala autenticidad del sudario
Un equipo de investigadores del Instituto de Cristalografía del Consejo Nacional de Investigación de Italia ha aplicado técnicas avanzadas de rayos X para analizar la composición y antigüedad del tejido del sudario.
La indagatoria tomó ocho pequeñas muestras de la tela, donde los científicos examinaron detalladamente la estructura del lino y los patrones de celulosa presentes.
Utilizando métricas específicas que consideran factores como la temperatura y la humedad a lo largo del tiempo, el equipo logró estimar la edad del sudario con mayor precisión que en estudios anteriores.
Los resultados apuntan a que el tejido data de aproximadamente 2000 años atrás, coincidiendo con el período histórico en el que Jesús habría vivido y sido crucificado según registros históricos y textos bíblicos.
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El doctor Liberato De Caro, líder del estudio, explicó que este método supera las limitaciones de dataciones previas, especialmente aquellas realizadas en 1988 mediante carbono 14, que situaban el origen del sudario entre los años 1260 y 1390.
“Las muestras de tela suelen estar sujetas a diversos tipos de contaminación que pueden alterar los resultados”, señaló De Caro a The Sun. “Nuestro enfoque minimiza estas interferencias, ofreciendo una datación más confiable”, agregó.
Un misterio de siglos
El Sudario de Turín ha sido objeto de fascinación y escepticismo desde su primera aparición pública en el año 1350.
La tela muestra la imagen tenue de un hombre con barba y marcas que algunos interpretan como señales de crucifixión, incluyendo heridas en la cabeza que podrían corresponder a una corona de espinas, así como lesiones en la espalda y extremidades.
Según la tradición cristiana, José de Arimatea envolvió el cuerpo de Jesús en un sudario de lino antes de colocarlo en el sepulcro. Pasajes bíblicos, como Mateo 27:59-60, respaldan esta narrativa: “José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia de lino y lo colocó en su propio sepulcro nuevo que había excavado en la roca”.
A lo largo de la historia, numerosos estudios han intentado autenticar o refutar la veracidad del sudario como la mortaja de Jesús.
Mientras que algunos han argumentado que se trata de una elaborada falsificación medieval, otros sostienen que la ciencia aún no ha podido explicar satisfactoriamente cómo se formó la imagen en la tela.
Implicaciones y futuros estudios
Este nuevo estudio italiano aporta argumentos significativos al debate sobre la autenticidad del sudario, aunque también invita a una mayor investigación y análisis.
La posibilidad de que la tela realmente date de la época de Jesús podría tener profundas implicaciones tanto para la comunidad religiosa como para el ámbito científico.
Expertos en teología, historia y ciencias naturales probablemente continuarán examinando estos hallazgos, buscando corroborar o cuestionar las conclusiones presentadas.
Además, el uso de tecnologías cada vez más avanzadas podría ofrecer nuevas perspectivas y descubrimientos relacionados con esta y otras reliquias históricas.
El Sudario de Turín se conserva actualmente en la capilla real de la catedral de San Juan Bautista en Turín, Italia, y continúa siendo objeto de peregrinaciones y estudios.
