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Conversaciones sobre paz: los aportes del feminismo y las formas de participación

En un nuevo capítulo del pódcast ‘Voces de Mujeres: Conversaciones sobre Paz total’, se aborda el papel del feminismo en los procesos transformadores de la sociedad.

Podcast 'Voces de Mujeres: Conversaciones sobre Paz total'
Podcast 'Voces de Mujeres: Conversaciones sobre Paz total' (Cortesía)

En una nueva entrega del pódcast ‘Voces de Mujeres: Conversaciones sobre Paz total’, alianza entre Pacifista, medio de comunicación independiente; Publimetro Colombia y la Cumbre Nacional de Mujeres y Paz, se aborda el tema de los aportes del feminismo a los procesos de paz, señalándose los hitos y las formas de participación.

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En este espacio dialogaron Olga Amparo Sánchez, directora de la Casa de la Mujer; Socorro Ramírez, feminista, activista y académica; y Diana Gómez, académica, experta en construcción de paz y justicia transicional. Todo bajo la conducción de la periodista de Pacifista, María Andrea Parra.

Momentos más destacados del pódcast ‘Aportes del feminismo a los procesos de paz: hitos y formas de participación

María Andrea Parra: ¿Cuáles son los hitos más significativos del feminismo en su participación en los procesos de paz en Colombia?

Socorro Ramírez: He tenido la oportunidad de estar en dos procesos de negociación. Uno fue el de Belisario Betancur. Ahí estuve tres años, incluso, yo era profesora de una escuela en la Perseverancia en Bogotá y el presidente pidió a la Secretaría de Educación que me dieran mi tiempo de trabajo para trabajar en la presidencia junto a él, porque me tocó justamente en ese momento del diálogo en La Uribe con las FARC.

Con el acuerdo final al que se llegó con el gobierno Santos, me parece que el hito más significativo de participación de las mujeres en los procesos de paz en Colombia ha sido ese de las negociaciones entre el gobierno y las FARC, porque en el anterior con Belisario, pues, incorporamos esa dimensión, pero en los acuerdos mismos no se generó nada.

Tuve la oportunidad de estar también en la negociación de paz con el ELN en el gobierno de Santos y ahí también fue muy interesante el esfuerzo hecho desde el feminismo y desde las mujeres en particular.

Olga Amparo Sánchez: El feminismo ha dejado un legado rico en reivindicaciones y en propuestas, yo creo que desde el feminismo lo que se ha avanzado es en mirar también la paz de una forma más integral, no solamente como el silenciamiento de los fusiles, que quiero decir con eso, que no solamente el feminismo ha exigido a las mujeres en los procesos de negociación, que es un ámbito de construcción de paz pero no el único, pero también se ha dedicado mucho a denunciar qué pasa con las mujeres en las situaciones de conflicto.

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Diana Gómez: A mí me gustaría hacer esta intervención desde dos ángulos, uno reconociendo el aporte de los movimientos feministas y de mujeres desde una postura ética a la construcción de paz, pero también una postura ética frente a la importancia de la paz y la salida a negociar.

Yo creo que los movimientos de mujeres y feministas tienen varios hitos. Además de la Asamblea Constituyente, es la participación en las audiencias del Caguán, donde los movimientos de mujeres y feministas ponen esta discusión, se organizan, asisten y luego todo lo que tiene que ver con el proceso de desmovilización paramilitar, entendiendo que este no fue un proceso de paz sino un proceso de desmovilización.

María Andrea Parra: ¿Sienten que en el proceso de paz con Santos y con las FARC el movimiento feminista estaba ya consolidado?

Socorro Ramírez: fue clave la iniciativa que el movimiento y distintas organizaciones de mujeres tomaron porque, a diferencia de los procesos anteriores, que nunca ni nombraban mujeres en las negociaciones de ninguno de los dos lados, en esta ocasión participaron dos mujeres en condición de plenipotenciarias para la firma del acuerdo con las FARC.

Pero además, hubo una cosa que me pareció a mí clave y de alguna manera respondía a la presión que desde el movimiento de mujeres se venía haciendo, y fue la creación de una subcomisión de género que tenía como papel incluir a las mujeres y esa perspectiva de género en los acuerdos.

Diana Gómez: Yo sí creo que al proceso de paz entre Santos y las FARC - EP, el movimiento mujeres y feministas, digamos, llega con muchos aprendizajes y muchos acumulados, entre esos, digamos, como la claridad de que había que llegar de manera articulada para presionar varias cosas, lo que dice ahora Socorro de tener dos negociadora fue parte también, digamos, como de la incidencia de los movimientos de mujeres y feministas, afortunadamente esas dos negociadoras tenían sensibilidad de género. Ese proceso de paz se dio en un momento histórico donde no se podía desconocer el rol de las mujeres, también porque está más consolidada la agenda de mujeres, paz y seguridad.

Olga Amparo Sánchez: Llegamos con diversidades, pero con un camino recorrido, como dice Diana, en varios niveles y en términos de conocimiento. El movimiento feminista llega a la mesa con un conocimiento más claro del impacto del conflicto armado en la vida de las mujeres, que había presionado, por ejemplo, para que el auto 092 de la Corte Constitucional, que beneficia a las mujeres víctimas del desplazamiento, pero que amplía su espectro a las víctimas del conflicto.

Creo que el movimiento feminista tuvo históricamente la posibilidad, y en efecto lo hizo, de abrir el camino a otros sujetos y sujetas víctimas del conflicto armado, y lo reconocen las personas LGTBI, las víctimas, las mujeres víctimas.

María Andrea Parra: ¿Cuál fue el rol de las mujeres y de los movimientos feministas en el proceso de hacer esa Constitución de 1991?

Socorro Ramírez: Aunque en la Asamblea misma, que adoptó La Constitución del 91, solo hubo cuatro mujeres, eso es interesante porque había una liberal, dos del M-19, una de la Unión Patriótica, y la palabra mujer aparece solo seis veces en La Constitución del 91.

De hecho, como 80 organizaciones de mujeres llevaron una propuesta al gobierno de Virgilio Barco que de alguna manera la capitalizó la constituyente del 90-91, pero dejó temas por fuera, por ejemplo, nada que tuviera que ver con la libre opción a la maternidad ni con una agenda, llamémosla del cuidado.

Olga Amparo Sánchez: Estamos como en un ejercicio de memoria, cuando llegamos a la constituyente no llegamos de cero, estuvo previo, hubo dos hechos, la propuesta que se presentó a la Cámara de Representantes en ese momento para la reforma de La Constitución del 86 y de un encuentro feminista que se llamó ‘Abrazo Moroso por la Vida’. Ahí hubo una tensión muy grande porque unas feministas considerábamos que nos debíamos ir autónomamente para la Asamblea Nacional Constituyente, es decir, con candidata propia.

Diana Gómez: A mí me gusta entender la Constitución del 91 como un punto de llegada en las luchas de los movimientos feministas. La constituyente se leyó como una ventana de oportunidad para consolidar aquí un proyecto democrático, y también la constituyente y La Constitución fue punto de partida porque en torno a la constituyente se creó la semilla de la red nacional de mujeres, y de ahí en adelante también se van a marcar los énfasis del movimiento de mujeres y feministas en los 90.

Para concluir, Vera Grabe dijo que: “hay que ubicarse en el momento en que una está, donde la mesa de negociación que tenemos con el ELN no se vea como una mesa por allá distante, alejada, de un poco de gente sentada negociando la paz, sino que de verdad se asuma como una posibilidad para este país y se entienda que no funciona sola, que esa mesa tiene fuerza en la medida que esté conectada con voces desde la sociedad, desde las mujeres, desde las víctimas, desde las comunidades y que diga avancen en la paz.

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