‘Voces de Mujeres: Conversaciones sobre Paz Total’ es un podcast, en una iniciativa conjunta entre Pacifista, Publimetro Colombia y la Cumbre Nacional de Mujeres y Paz, que busca hacer pedagogía sobre temas de género y posicionar las voces de las mujeres que construyen puentes para la paz en el país.
En los episodios buscan resaltar la importancia del diálogo y la participación de las mujeres en el camino de construcción de paz en el que país se encuentra inmerso desde hace varios años, a través de experiencias y perspectivas que las participantes han adquirido a través de los años.
El segundo episodio de este podcast, llamado ‘Negociaciones de paz con enfoque de género y derechos de las mujeres’, estuvieron presentes Vera Grabe, jefa del Gobierno Nacional en la mesa de diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), Diana Salcedo López, directora de LIMPAL Colombia y Luisa Fernanda González, integrante del colectivo de pensamiento Mujeres, Paz y Seguridad, quienes hacen parte de la plataforma de Mujeres y Feminista, Cumbre Nacional de Mujeres y Paz.
Negociaciones de paz con enfoque de género y derechos de las mujeres
Estos son algunos fragmentos del segundo episodio del podcast que presenta PUBLIMETRO COLOMBIA, en el que se habló sobre el papel de las participantes en el proceso de paz en el país.
María Andrea Parra: ¿Cuál fue el evento catalizador o esa pulsión que las llevó a dedicarse a la construcción de la paz desde los lugares de cada una?
Vera Grabe: Bueno, pues yo tengo una historia particular, un poco distinta a las compañeras porque yo estuve también del otro lado, estuve en la guerra. Yo fui integrante de la guerrilla del M-19 que dejó las armas en el año 1990.
Y de haber estado en esa orilla, de haber estado en esa experiencia, pues me lleva a valorar mucho más la paz, porque viví el otro lado y porque llegamos a la conclusión que realmente la paz es una posibilidad de transformación enorme y sobre todo que la guerra está agotada como posibilidad de transformación.
He dedicado los últimos 35 años, ya casi, a la paz en muchos sentidos. La paz como política, la paz como diplomacia, la paz como estudio, la paz como pedagogía y ahora recientemente esta nueva experiencia de estar en una mesa de negociación como jefa de la negociación de los diálogos con el ELN.
Luisa Fernanda González: Bueno, pues yo creo que soy una mujer constructora de paz desde el primer año de bachillerato. Más o menos que tenía muchas historias de la familia, muy tristes, historias por el lado de los liberales, por el lado de los conservadores. Y mi profesora de historia acabó de ayudarme a pensar mucho sobre la paz.
Entonces, yo siempre digo que de primero de bachillerato quería ser constructora de paz. Sobre todo la historia familiar me ha movilizado y es una historia que se repite en las historias de muchas mujeres que hemos acompañado a lo largo del movimiento de la no violencia. Todo mi trabajo, precisamente desde la constitución política del 91, ha sido un trabajo en función de la construcción de paz.
Diana Salcedo López: En mi caso, la entrada fue más por reconocerme feminista e iniciar este camino de trabajo con las mujeres en diferentes lugares del país y ver cómo todas las historias de guerra de diferentes lugares, no solamente de las víctimas, sino también de quienes estaban en las armas, han ocupado lugares de desigualdad y mostraban estos rasgos tan profundos que se exacerbaban en las mujeres. Pues ahí entendí que eso no era distinto a también mi historia familiar, también esas cosas que vienen en el ADN de todas las personas que hemos nacido en este país.
Y cuando vi ese contexto y ese panorama, pues decidí ponerme al servicio de la construcción de paz, no solamente mi quehacer profesional, sino también mi postura política en las calles, en la academia, en la movilización social y, por supuesto, a través del acompañamiento a todas las personas que hemos sufrido la guerra de diferentes maneras.
María Andrea Parra: Quiero pasar entonces a la pregunta de que nos cuenten de qué hablamos cuando mencionamos la inclusión de un enfoque de género y derechos en los diálogos de paz. Creo que puede llegar a haber algo de desinformación en el común cuando la gente piensa en el enfoque de género, lo que significa. Entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos de enfoque de género en los diálogos de paz?
Diana Salcedo López: Yo creo que hablamos desde un reconocimiento profundo de los impactos de la guerra en la vida de las mujeres, no solamente causada en los cuerpos, sino también en todo aquello que ha hecho que la garantía de derechos para las mujeres sea mucho más obstaculizada.
Y desde ese reconocimiento de esos profundos impactos, pues hablar de la inclusión del enfoque de género, que nosotras diríamos más como de la participación activa y de la ciudadanía activa de las mujeres en los diálogos de paz, pues está basado en entender que las mujeres tenemos un lugar situado desde el que le apostamos a la transformación de los conflictos, no porque seamos buenas por naturaleza, sino porque tenemos un lugar de desigualdad en donde se nos ha ubicado históricamente y desde allí hemos visto un panorama de lo que es construir paz y de lo que es confrontar la guerra desde otras maneras que no sean la forma basada en las armas. Yo creo que el vincular el enfoque de género, el incluir a las mujeres implica no solamente decir las mujeres o aquí está una mujer, sino realmente poder hacer conciencia de lo que implican las grandes transformaciones que requiere este país para pasar de la guerra a la paz y cómo las mujeres pueden ser un agente catalizador y un agente que capitalice también la experiencia situada que tenemos como mujeres negras, indígenas, bueno, con todas nuestras diversidades, pero también pensando en que la agenda feminista no es una agenda para las mujeres, sino es una agenda que realmente toca las bases estructurales de las desigualdades sociales para todos los seres.
Luisa Fernanda González: A mí me gusta pensar que la inclusión del enfoque de género es realmente una pregunta por las profundas transformaciones culturales que el mundo, que esta civilización que todos necesitamos, entonces poder incluir el enfoque de género significa preguntarnos por todos esos referentes y por todas esas prácticas culturales que hacen de la exclusión y de la injusticia algo que es prácticamente natural en nuestra cotidianidad.
Entonces llevar la cotidianidad a las mesas de negociación me parece que es un hit en todas las negociaciones, porque pareciera que cuando hablamos de un enfoque de género se requiere hablar de un nivel de tecnicismos o no sé, académicos, pero realmente lo que se lleva a la mesa es la cotidianidad tanto de los hombres como de las mujeres, los niños, los jóvenes, porque todos vivimos digamos de las exclusiones de una cultura patriarcal, entonces a mí me parece que un tema como el género pone la mirada en las transformaciones culturales, en los mandatos culturales que hacen que vivamos tan amargamente a veces la vida, ¿cierto?.
Vera Grabe: Pues yo descubrí el género con la paz, porque antes, hablando de la época del M19, había la conciencia como mujeres de reaccionar frente a ciertas conductas machistas que se daban, así el M19 fuera una guerrilla bastante diferente a las otras y la participación de las mujeres siempre fue muy presente. Entonces yo vine a descubrir el género, eso ya para ustedes es prehistoria, pero para mí fue todo un hallazgo descubrir el género, incluso había compañeras mías, y eso ha pasado creo que en otros contextos también, que cuando yo empecé a hablar que las mujeres teníamos que organizarnos y generamos todo un movimiento, un grupo de mujeres que asumimos que teníamos un rol como excombatientes en la paz, hubo compañeras mías que decían que cómo se me ocurrió hablar de género, que había que hablar de la lucha por la democracia y la justicia social. Entonces para mí fue todo un hallazgo y entonces empecé a trabajar eso y la primera unidad legislativa -cuando yo fui senadora- que abordó el tema género fue la mía.
Hoy es muy normal el género y la participación de las mujeres, pero en esa época eso era bastante exótico. Hay muchas inequidades, muchas exclusiones, pero si uno mira históricamente en estos 30 años y sobre todo con la constitución del 91, pues han habido avances grandísimos, también liderados por las propias mujeres. Y yo articulo mucho el tema género a una de mis obsesiones que es la cultura y la pedagogía de paz, porque es el ámbito donde con mayor claridad se expresa todo este esquema de cultura de violencia y donde por lo tanto también es muy fácil, fácil no digo que se resuelva fácil, pero es muy posible hacer visible la violencia en esas conductas, en esos patrones, en esas miradas. Entonces eso de trabajar género y cultura de paz van de la mano, es muy importante.
María Andrea Parra: Ahora que hablabas precisamente de que el papel de ahorita las mujeres en esta mesa de negociación sobre todo está muy enfocado en la participación, quisiera saber, justamente cuando se hizo el proceso de paz con el M19 y con las FARC, ¿cuál fue el papel de las mujeres en esas negociaciones?
Vera Grabe: En el caso del M19, pues las mujeres, como decía, siempre estuvimos muy presentes, pero ahí no hubo, en esa época no hubo ni comisión de género, pues lo fuimos descubriendo a partir de ahí, es decir, estamos ubicándonos hace 34 o 35 años, de manera que es una época en la que han pasado muchas cosas, ¿no? En ese momento fue más que las mujeres decidimos, o algunas mujeres, es decir, tenemos un lugar especial en la paz, tenemos un compromiso con la paz y vamos a asumirlo.
Fue más una decisión que tener un lugar en la negociación. Hubo voceras mujeres, por supuesto, pero el tema no era tanto un tema de la mesa de negociación como lo es posteriormente. Eso no quiere decir que no hubiera presencia de las mujeres. Yo fui la primera parlamentaria elegida después de la desmovilización, o sea, la única y primera parlamentaria en el año 90 fui yo. Entonces fue una experiencia para mí muy novedosa como mujer, estar en ese ámbito tan distinto que era el Congreso de la República y después fui cabeza de lista, es decir, ahí hubo como, ya para el Senado después de promulgar la Constitución del 91, hay una manera que había una preocupación, no tanto institucional, pero es decir, una preocupación propia por parte del movimiento de que las mujeres ocuparamos un lugar y asumamos un liderazgo de paz, sobre todo. Que es distinto ya en las Farc, hay una comisión de género, el tema aparece de otra manera y, por supuesto, a partir de ahí, sobre todo a partir de la 1325, esto se vuelve algo obligatorio y necesario.
María Andrea Parra: Yo quería saber si de pronto tienen alguna diferencia muy clara que compare la inclusión de las mujeres en la participación y en la construcción de los diálogos en mesas de negociación donde no haya habido participación versus en las que sí, por ejemplo en las FARC que sabemos que sí hubo un enfoque de género y hubo participación de las mujeres, no sé si a nivel mundial hay algún ejemplo de pronto de algún proceso de paz que no lo haya tenido y cuál es como una diferencia concreta.
Diana Salcedo López: Yo creo que Colombia ha aportado mucho como a la investigación comparada en el mundo justamente por ese plus de haber tenido la comisión de género, pero no solamente la comisión de género sino en sí mismo mujeres muy poderosas tanto del lado de las FARC como del lado del gobierno, por supuesto, todo el movimiento de mujeres detrás de esa negociación. Pero en otros países, por ejemplo, del sur global, en África, donde se están negociando permanentemente conflictos armados, las mujeres no son un sujeto activo de esa negociación y la mayoría de las ocasiones son paces negociados entre varones que dejan por fuera temas que en Colombia ya no es posible dejar por fuera. Como la violencia sexual, que es uno de los más marcados, pero otras cosas, por ejemplo, la desmilitarización. En Colombia, desde el acuerdo de paz con las FARC, también se empezó a hablar de la necesidad de la desmilitarización de los territorios, de lo que implicaban los actores armados legales en los territorios y recogiendo lo que ya veníamos diciendo desde mucho antes del acuerdo de paz, pero ese tema, por ejemplo, en otros países no es posible. Luego hablar de las masculinidades como actoras de conflictos también violentos, pues en países de África eso es imposible, es imposible incluso pensar en que las mujeres puedan decir que requieren un espacio dentro de la mesa de negociación, porque siguen siendo sujetos que son concebidos bajo la minusvalía de edad y bajo la predominancia del actor masculino.
Luego creo que Colombia es un referente importante no solamente para la región, sino para los otros conflictos que se están negociando en este momento en el mundo y todos los conflictos que están activos y que requieren necesariamente una negociación de tránsito hacia la paz.