El 20 de julio, el Salón Elíptico del Congreso de la República se preparaba para la instalación de la nueva legislatura, mientras en las calles de Bogotá se celebraba el tradicional desfile de la independencia. Sin embargo, una frase resonaba entre los periodistas presentes: “El Presidente Gustavo Petro no ha llegado al desfile del 20 de julio”. El mandatario llegó casi tres horas tarde al evento programado para las 10 de la mañana, generando descontento tanto en el Congreso como entre los ciudadanos que seguían la celebración.
La explicación del retraso no tardó en llegar. Al día siguiente, el 21 de julio, Petro utilizó su cuenta en X para explicar los motivos de su tardanza. “¿Que llegué tarde? Sí. Información a corroborar desde la embajada de los EE. UU., y una descoordinación de mi servicio de escolta, motivaron la tardanza”, escribió el presidente. Además, destacó que, a pesar del retraso, el mensaje central de la celebración se transmitió exitosamente: “Mujeres a la comandancia en el servicio policial y militar cada vez más multicolor en los orígenes sociales y culturales. Una fuerza armada del pueblo y la nación. Una fuerza armada con el pueblo y con la mujer. Un pueblo campesino movilizado pidiendo tierra para cultivar alimentos para el pueblo y para el mundo”.
El director del Departamento de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, también defendió al presidente, argumentando que el retraso se debió a recomendaciones de seguridad. “Lo de la llegada tarde tuvo que ver con recomendaciones de seguridad”, afirmó Bolívar, alineándose con las declaraciones de Petro.
Este no es el primer incidente de puntualidad que involucra al presidente Petro. En julio de 2023, se supo que el mandatario había cancelado o reprogramado 82 eventos desde su posesión el 7 de agosto de 2022. Esta tendencia ha generado críticas y cuestionamientos sobre su gestión y organización de la agenda.
El retraso en el desfile del 20 de julio se suma a una serie de incidentes que han marcado la administración de Petro. La tardanza del mandatario no solo causó molestias inmediatas, sino que también reavivó el debate sobre su capacidad para cumplir con compromisos oficiales y manejar adecuadamente su tiempo.
La justificación ofrecida por el presidente y sus colaboradores no ha sido suficiente para calmar las críticas de la opinión pública. Muchos ciudadanos y analistas han expresado su preocupación por la falta de puntualidad y la aparente improvisación en la agenda presidencial. A medida que avanza su mandato, la gestión del tiempo y la capacidad de Petro para cumplir con sus compromisos seguirán siendo temas de escrutinio y debate.