La crisis hídrica que afectó a Bogotá debido al fenómeno de El Niño está dando señales de remisión. Las lluvias han retornado a las áreas que abastecen los embalses del Sistema Chingaza, principal fuente de agua potable para la ciudad, y la colaboración de los bogotanos ha sido vital para ahorrar millones de metros cúbicos de agua.
Recuperación de los embalses y Sistema Chinganza
Desde abril de 2024, la ciudad implementó un racionamiento de agua que, aunque inicialmente controvertido, ha demostrado ser una medida efectiva para gestionar los recursos hídricos. El 13 de julio, la Alcaldía de Bogotá anunció que los embalses habían alcanzado un nivel del 45,31%. Sin embargo, se evidencia una reducción en el nivel de los embalses registrado para el 12 de julio, pues para este día el nivel fue de 45.55%.
Consumo de Agua en Bogotá
El consumo de agua en la capital se ha estabilizado en 16,51 metros cúbicos por segundo, un aumento desde los 15,76 metros cúbicos por segundo registrados antes del racionamiento. Este ajuste en el consumo es una señal positiva, pero el Distrito subraya la importancia de seguir adoptando medidas de ahorro para evitar retrocesos en la recuperación de los embalses.
Ajustes en el Racionamiento
El alcalde Carlos Fernando Galán ha anunciado una nueva política de racionamiento que entró en vigor el 1 de julio. Ahora, el racionamiento se aplicará día de por medio: un día sin suministro para una zona específica, seguido de un día con suministro normal. Este esquema busca equilibrar la distribución del agua mientras se asegura la recuperación sostenida de los niveles de los embalses.
La combinación de las lluvias, las políticas de racionamiento y la cooperación ciudadana han sido clave para que Bogotá empiece a superar esta emergencia hídrica. La participación activa de los habitantes, adoptando prácticas de ahorro y uso eficiente del agua, ha sido crucial para la mejora de la situación.
Recomendaciones para el Futuro
Aunque los niveles de los embalses han mejorado, es fundamental que la población mantenga una actitud proactiva en la conservación del agua. Esto incluye prácticas como:
- Reparar fugas domésticas: Un grifo que gotea puede desperdiciar litros de agua diariamente.
- Optar por duchas cortas: Reducir el tiempo en la ducha puede ahorrar significativas cantidades de agua.
- Usar dispositivos ahorradores: Instalar aireadores en los grifos y cabezales de ducha eficientes.
- Reutilizar el agua: Aprovechar el agua de lluvia o el agua usada para lavar frutas y verduras para regar plantas.