Mencionar el nombre de Jorge Suárez seguramente no dice mucho de quién se trata, pero cuando se menciona que es el hijo del excomandante de las Farc, Víctor Julio Suárez, conocido con el alias del ‘Mono Jojoy’, las personas piensan en un personaje controvertido para la historia de Colombia.
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Jorge se aleja de las etiquetas, ha hecho su propia historia pero no niega ni se avergüenza de quien es su padre, al contrario se enorgullece, pues asegura que “siempre le apostó a la paz”.
Jorge también fue guerrillero, estuvo en las selvas colombianas durante más de 15 años, vivió en carne propia la muerte de su progenitor y aunque sintió rabia y frustración, dejó las armas y firmó la paz con el mismo gobierno que dio de baja a su padre.
Hoy es comunicador social, tiene una especialización y está terminando una maestría, trabaja para la Unidad Nacional de Protección, es un testimonio de que la reconciliación y resolver las diferencias a través del diálogo si se puede, pues su actual esposa es la periodista Catalina Suárez, reconocida por sus posturas en contra del actual presidente Petro y a favor de Álvaro Uribe.
¿Cómo fue su infancia, dónde nació?
Mi nombre es Jorge Ernesto Suárez, soy firmante del acuerdo de paz, nací en el año de 1984 el 14 de junio, el mismo día que nació Ernesto Guevara de la Serna, “Che Guevara”; el mismo día que nació mi esposa Catalina. Nací en medio de un campamento de la selva amazónica del Caquetá.
Me cuentan que a los pocos días me enfermé de los mosquitos y mi padre me entregó en adopción a una familia comunista acá en la ciudad de Bogotá.
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¿Cuánto tiempo estuvo en Bogotá?
Estuve 15 años viviendo en Bogotá, toda mi infancia, con unos recuerdos muy muy grandes y también momentos de angustia y de amenazas que recibí por parte de los grupos paramilitares hacia mediados de los 90 luego de que se enteraron que en Bogotá vivía el hijo del ‘Mono Jojoy’.
¿Cómo se entera de que su padre es el ‘Mono Jojoy’?
Siendo un niño, recuerdo que salía por la televisión una propaganda que se llamaba también caerán, allí iban nombrando a los comandantes de las FARC de ese entonces y decían ‘Mono Jojoy’, yo ya había visitado en algún momento a mi padre en la selva, entonces lo reconocí y le pregunté a mi abuela adoptiva, que si él era mi padre y mi abuela me dijo que sí.
Tenía dos vidas paralelas, una en la casa y otra en el colegio, yo estudié el bachillerato en el San Viator que queda al norte de Bogotá, allí estudiaban varios hijos de congresistas y pues allá no podía decir nada.
¿Cómo describe usted a su padre?
Mi padre lo recuerdo con mucho amor, mucho cariño, me dio enseñanzas en charlas que tuvimos incluso antes de morir. Incluso en una de las últimas entrevistas que le hicieron antes de morir dijo que la única salida a este país precisamente era la firma de un acuerdo.
Fue un gran padre, un padre cariñoso que siempre estuvo para mí, que siempre me apoyó y que siempre trato de ser lo mejor para mí; ya desde otro punto de vista, pues no, no podría definirlo porque lo defino como mi padre.
¿En qué momento toma la decisión de irse para las Farc?
Fue una de las decisiones más difíciles de mi vida, estaba amenazado por los paramilitares no había muchas opciones, eso era agosto de 1999 y precisamente en ese mes de agosto asesinan a Jaime Garzón. Fueron 17 años en los cuales pensé que me iba a morir en las FARC.
Logré aprender en ese tiempo a vivir en comunidad, yo creo que eso me ha servido mucho para entender que no quiero que mis hijos vivan lo que me tocó a mí ni lo que le ha tocado a muchas personas en este país por culpa de la misma guerra.
¿Recuerda el día de la muerte de su padre?
Eso fue el 22 de septiembre de 2010, nos tocaba movernos cada 15 o 20 días en una región geográficamente limitada; unos dos meses antes hubo bombardeos muy cerca de donde estábamos en el área, estábamos alrededor de mil guerrilleros.
La inteligencia filtró muchos microchips, resulta que en la suela de la bota que iba para mi padre venía un dispositivo, precisamente el día anterior a mí me envían a revisar esos elementos, había un aparato que detectaba metales y lo hice, no sonó nada.
Yo acostumbraba en esos últimos días ir a leerle a mi padre en su bunker, esa noche me llamaron como unos cinco minutos antes de que pasara todo pero me quedé dormido. Fue un momento para mí de los más duros de la vida perder a mi padre porque en ese momento yo ya me estaba preparando que en cualquier momento podía suceder.
Su padre muere en el gobierno de Juan Manuel Santos, pero es en ese mismo gobierno que usted se desmoviliza y firma la paz...
El bombardeo y la muerte de mi padre se da en el en el gobierno de Juan Manuel Santos ya luego de seis años se da la firma del acuerdo, Yo pienso que precisamente lo que necesita este país es construir reconciliación a partir de todo lo que nos ha tocado vivir a muchos en esta guerra de un lado y del otro.
Fue muy doloroso para mí incluso ese momento de la muerte de mi padre, pero luego gracias a la a la firma del acuerdo, tuve una segunda oportunidad para rehacer mi vida.
Siempre estaba con la esperanza de volver a mi casa en Bogotá, poder volver a ver a mi abuela adoptiva.
¿Qué hizo después de entregar las armas?
Una de las primeras acciones que hago es ir a terminar el bachillerato, inicio una una carrera un pregrado de comunicación social, logro graduarme con muchos esfuerzos y también empiezo a estudiar inglés, hice una especialización en Gestión Pública y ahorita estoy haciendo una maestría en Políticas Públicas.
En 2020 en plena pandemia, nos conocimos con mi esposa Catalina que es otra parte también que es muy importante mencionar aquí.
¿Cómo fue su matrimonio con Catalina Suárez?
Fui al apartamento de ella a través de una amiga que nos presentó, yo llevaba unas cervezas y nos conocimos con Catalina una mujer empoderada desde primera vista una mujer radiante hermosa.
Luego nos encontramos, no pasó como un mes y nos vimos en un cumpleaños de una amiga y luego en el cumpleaños del ex de ella y nos fuimos enamorando y ahora estamos casados.
¿Cómo fue su encuentro con Álvaro Uribe?
El encuentro se dio a inicios de este mes de junio, se dio a través de mi esposa. Yo creo que uno firma la paz precisamente es para encontrarse con los contrarios, con las personas que piensan distinto no para convencerse porque eso eso está muy claro, las ideologías de cada quien están.
Pero si para escucharse y reconocerse, yo creo que esos espacios de encuentro en improbable necesitan mucho este país.
Mira cuántas veces se ha reunido Petro y Uribe yo creo que son más de las que han salido por noticias o muchas personas que piensan distinto, eso es acercamientos son bastante importantes, no solo para para el momento o para las noticias, sino para la historia de este país y la construcción de paz.