El nombramiento de Francesca Mcqoid como directore de la garantía de derechos de la población LGBTIQ+ dentro del Viceministerio de Diversidades en el Ministerio de la Igualdad fue noticia nacional. Mcquoid, una persona trans no binaria, abogada con experiencia en derechos humanos que ha trabajado extensamente en el sector público y organizaciones dedicadas a los derechos de las personas LGBTIQ+, no sólo es un reconocimiento a una líder social fundamental en la lucha por los derechos de colombianos, colombianas y colombianes que históricamente han sido violentados, sino que, en palabras de Wilson Castañeda Castro, director de Caribe Afirmativo: “tiene un significado muy importante para el movimiento LGBTIQ+. Ser una persona con experiencia de vida trans pone en el centro de las acciones y del liderazgo a las personas trans, quienes enfrentan mayores déficits de derechos dentro del grupo poblacional. Esto posibilitará que se enfoquen en ejercicios concretos para mejorar sus vidas y garantizar acciones efectivas en los servicios”.
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Francesca visitó PUBLIMETRO para hablar de inclusión, derechos y la realidad en Colombia de las personas que están realizando un tránsito en su identidad: “ninguna experiencia de vida trans es igual, aunque decimos hombre trans, mujer trans, transfemenino, transmasculino o no binario, ninguno está en un punto específico en el que tú digas: ¡esto es! Esto es una experiencia de vida que transita”, explica.
¿Falta mucho camino en términos de inclusión en Colombia
En general sí. Evidentemente siguen existiendo actos de violencia hacia personas LGBTIQ+, entonces uno pensaría que si eso sigue ocurriendo, pues siguen necesitándose todavía acciones para encontrar el punto en el que la inclusión sea real. Todavía siguen discriminando a personas LGBT en contextos escolares, todavía siguen discriminando personas LGBT en contextos laborales, todavía siguen discriminando personas LGBT en la calle, todavía siguen generándose actos de violencia hacia personas LGBT porque se toman de la mano o por su simple existencia, pero sobre todo hay lugares de exclusión puntualmente, que impiden que las personas LGBTIQ+ tengan toda la garantía de sus derechos. Uno sigue encontrando que las mujeres trans son contratadas siempre para unas cosas y no para todo, o que no logran tener un proyecto de vida más amplio, especialmente en los territorios más excluidos del país. Entonces uno sigue encontrando a una mujer trans que siempre está dedicada a oficios de belleza u otro tipo de oficios, pero no encuentra muchas mujeres trans ocupando cargos directivos.
En este momento de pronto se puede ver, pero es un trabajo que hay que seguir, no es la norma, no es lo usual, no se puede ver en ciudades y me parece que esa es como la parte más preocupante. Se ve discriminación, pero pareciera que al menos hay una luz en grandes ciudades, pero en regiones, en ciudades más pequeñas, es demasiado difícil porque las personas LGBTQ+, al ser víctimas de discriminación, pues prefieren irse a las ciudades principales. Entonces nuevamente ocupas un lugar de exclusión o te vas a alguna ciudad a hacer tu proyecto de vida, con lo que eso también implica en términos de barreras de acceso al derecho a la salud y a los fortalecimiento de tu identidad de género en los casos de personas con experiencia de vida trans. Pongamos el ejemplo: yo quiero fortalecer mi identidad de género femenina, pero estoy en Chigorodó, Antioquia, un municipio muy pequeño que solamente tiene una IPS donde me prestan servicios básicos, pues me quiero ir a Medellín o a otra ciudad más grande donde tenga otros servicios especializados o donde respeten mi identidad de género también, entonces eso también implica que tu ves las experiencias de vida trans sobre todo en ciudades grandes.
¿Cómo han sido recibidas las personas no binarias en Colombia?
El espectro no binario es un asunto sobre todo político, que pone de frente a las identidades de género que se han impuesto totalmente. Así como se impone, digamos, el sexo al nacer, se genera esta imposición sobre la identidad de género que genera un malestar en diferentes sentidos, incluso en el movimiento de personas LGBTI. Esto también tiene que ver con una experiencia de vida trans: genera una reacción. Es que yo también transito en el género, aunque no sea hacia el género femenino. Yo transito todos los días hacia un lugar en el que yo estoy poniendo mi posición política de que no estoy de acuerdo con que me hayan impuesto ser hombre, pero tampoco quisiera que me impongan el hecho de necesariamente ser una mujer. Y este hecho pues también genera que las personas se pregunten: si yo le veo de esta forma, ¿entonces por qué no es un hombre o si lo es? ¿Si esta persona se vistió hoy de esta manera, entonces por qué no le puedo decir él? Y creo que ese malestar también es el que las personas no binarias queremos generar en un principio; cuestionar esa norma impuesta que no debería ser así, pues yo debería poder elegir si quisiera ser hombre, mujer o cualquier otra identidad antes de que me la pongan en un documento, porque eso es lo que marca toda mi existencia.
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¿En el país se está teniendo el soporte legislativo para respaldar a las personas no binarias?
Definitivamente nunca ha tenido un soporte legislativo, no solamente para las personas con experiencia de vida trans, sino para las personas LGBTIQ+ en general. Muchas veces las decisiones puntuales alrededor de la garantía de derechos de personas LGBT están dadas por jurisprudencia. Es decir, no es una ley, no es una norma específica, sino son pronunciamientos de la Corte Constitucional en su gran mayoría, que marcan una línea jurisprudencial, es decir, puras sentencias. Hay tal vez dos, tres o cuatro normas a nivel nacional que soporten la garantía de derechos de personas LGBT, entonces lo legislativo no ha sido muy amigable para las personas LGBTIQ+, y mucho menos para las personas con experiencia de vida trans. Tú te puedes dar cuenta, por ejemplo, de cómo incluso políticamente también hay proyectos de ley en contra de personas con experiencia de vida trans y eso es gravísimo, porque pues son existencias que deben ser protegidas por el Estado y que el Legislativo, puntualmente el Congreso de la República, desde la Cámara y desde el Senado, debería tener proyectos de ley para garantizar los derechos, no para ir en contra de ellos.
¿Cómo se siente como una persona representativa para un grupo que siempre ha sido obstruido, negado, y que ve a una persona como usted en una posición de poder?
En gran medida sí es una responsabilidad, pero también simbólicamente significa cosas como que las personas puedan ver a una persona no binaria ocupando un cargo como el que yo ocupo, significa simbólicamente que puedes ocuparlo. Romper esa brecha de que en otros gobiernos anteriores de pronto no existiera una persona no binaria visiblemente en un cargo. De pronto sí existían personas no binarias, no vamos a decir que no, pero no visiblemente no binaria. En este caso significa que también simbólicamente las personas no binarias o personas trans entiendan que es posible llegar a este lugar. Entonces, pues sí, es una responsabilidad. Evidentemente el cargo en sí mismo es una responsabilidad. Más allá de que también exista la posibilidad de considerarse que soy una persona no binaria en el cargo , éste implica una responsabilidad. Pero el hecho de que sea una persona no binaria la que lo ocupe, pues también requiere pensarse en el mensaje que yo doy alrededor de mi existencia en este caso. Ambas cosas son importantes, pero siento un poco más de respaldo de las personas no binarias y de personas trans que me ven acá. Muchas veces lo que ocurre en los territorios cuando yo llego es como: “hay una marica ocupando ese lugar”, que tal vez no es igual a que llegue una persona que no tenga esta identidad de género. Más allá de eso, mi identidad como directiva también implica que yo sé el lugar del que vengo, y a ese lugar regresaré: al movimiento LGBT o a la base comunitaria. Y por eso así me visto todos los días, como una persona que viene trabajando de base comunitaria, no he cambiado nada, y entonces eso implica también enfrentarte a que a veces un lugar en el que tú llegas a que se te cuestione cómo te vistes y demás, pero eso transforma. Eso transforma la sociedad.
¿Cómo le explico a mi tía o mi tío qué es una persona no binaria?
Como yo lo explico, es básicamente: míreme, esto es una persona no binaria. No hay otra forma de explicarlo, porque cada experiencia de vida que transita en el género es diferente. Entonces cuando uno habla de personas trans, uno no puede poner un inicio o un final. Aunque siempre le ponen a uno el “es que una mujer trans entonces tiene que tener esto o esto o esto”, o” no puede tener esto o lo otro”, que si es un hombre o si es una mujer. Y yo siento que no, ninguna experiencia de vida trans es igual, aunque decimos hombre trans, mujer trans, transfemenino, transmasculino o no binario, ninguno está en un punto específico en el que tú digas: ¡esto es! Esto es una experiencia de vida que transita, pues cada uno te puede decir cosas diferentes, pero en mi experiencia, pues yo soy una persona que está en contra de que la definan como hombre o mujer, eso es lo principal. Y lo segundo es que yo construyo mi identidad a partir de elementos: vestimenta o maquillaje o cosas que pueden asociarse a la feminidad o a la masculinidad. Y con eso agarro de un lado y de otro y eso es lo que construyo en términos de identidad como expresión. Pero cuando uno habla de identidad es simplemente expresarlo. Entonces son dos cosas diferentes. Una cosa es lo que la gente ve de mí, que es mi expresión de género, y otra cosa es lo que yo les digo. Si yo les digo soy no binaria, eso debería bastar para que alguien entendiera qué hace no binaria a esa persona, porque me lo dijo, porque me lo expresó. Entonces yo digo que soy femenina, eso debería entenderse como la feminidad, como un espectro muy amplio de la feminidad. No implica que yo no tenga pelos en la cara o X cosas, sino pues que yo lo concibo de esa manera y lo vivo a diario.
En medio de las distintas luchas de identidad de género se ha vuelto casi que una tendencia desde un sector del feminismo reaccionar contra las mujeres trans, que es lo que se conoce como las TERF. ¿Qué posición tiene frente a eso?
Yo no soy quién para hablar de la postura de las feministas, porque pues evidentemente no soy una mujer en estricto sentido, pero entiendo que el feminismo debería contemplar la lucha en contra de lo que significa la opresión en razón al género. No considero que la postura que niega la existencia de las mujeres con experiencia de vida trans o las mujeres trans o las transfeminidades sea lógica en razón a esa misma lucha y la postura política que las mujeres han tenido frente a lo que el patriarcado ha generado en su contra, y a esas dinámicas de opresión sobre sobre las mujeres. Considero que las mujeres trans son mujeres. Que no tienen los mismos privilegios por el hecho de justamente irse en contra de la norma o de la heteronorma o de la cisnorma, y justamente cuando tú te pones a mirar la cantidad de violencias que se ejercen hacia las mujeres trans, ¿cómo vas a cuestionar que ellas necesitan la misma garantía de derechos que tú cuando te das cuenta que en lo que va corrido del año hay 15 feminicidios de mujeres trans? Si tú quieres comparar eso, pues no sé a quién se le ocurre compararlo, pero si no se debería comparar,pero si lo quisieras comparar, están en el mismo lugar de las mujeres cisgénero, en unos lugares de exclusión bárbaros, en unos lugares en los que no les es muy fácil tomar decisiones sobre sus proyectos de vida, porque te violentan, porque te sacan de la casa, porque estás en riesgo de que alguien cometa un feminicidio hacia ti. ¿Entonces para mí es ilógico pensar en que la lucha de las mujeres no reconozca a las mujeres trans.