En el país se pierde y desperdicia el 34 % de los alimentos disponibles para el consumo, lo que equivale a 9,76 millones de toneladas de alimentos al año, esto es un contraste paradójico debido a que en Colombia más de 4,3 millones de personas sufren o han sufrido hambre crónica.
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Estos niveles de pérdida de los alimentos son preocupantes, debido a que si lográramos utilizar la totalidad de los alimentos que se desperdician se podría dar solución a la problemática de hambre en el país. Por ello resulta importante saber cómo se están perdiendo los alimentos y buscar estrategias para mitigar esta emergencia.
¿Por qué se desperdician los alimentos en Colombia?
Una de las principales dificultades que atraviesan los alimentos para no ser perdidos es el proceso que deben atravesar para llegar a las personas, esto se debe a que el trayecto que inicia en los campos agropecuarios y termina en las principales cooperativas para la venta de alimentos se ve interrumpida por factores externos, como los recurrentes derrumbes o deslizamiento de tierra, que lleva a los transportadores a aumentar sus tiempos de entrega y que en extremos ha llevado a la perdida de toda la carga de alimentos.
La estética en los alimentos afecta su compra
Debido a los deficientes procesos de almacenaje se ha vuelto recurrente encontrar en los almacenes alimentos que no son estéticamente apetecibles para los consumidores, esto desencadena en que varios productos sean compramos debido a su apariencia, lo que ha orillado a muchos comerciantes a desperdiciar cajas completas de alimentos, ya que vender estos productos tiene un costo en tiempo y espacios que no valen la pena perder.
Un ejemplo que demuestra esta problemática son las promociones donde se venden varios alimentos a mitad de precio, debido a que los productos no se encuentran en estándares óptimos para venderse a su precio real.
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El desperdicio de los alimentos en los hogares
En el colectivo de las personas se encuentra una idea errada sobre el desperdicio y pérdida de alimentos. Esto se debe a que se ha infundado la idea de que solo se pierden los alimentos que quedan en el plato, pero el panorama es mucho más amplio. Vamos con otro ejemplo: hacen compras para la semana o el mes, muchas veces las personas compran más de lo que al final van a consumir, por lo que no es de extrañar que al final de la semana se deban llevar a la basura esos alimentos que se echaron a perder por no ser consumidos en sus tiempos correspondientes.
La pérdida y desperdicio de alimentos es un problema en el que todos tenemos responsabilidad
Aunque las deficiencias en la cadena de producción, distribución y consumo de alimentos son evidentes, tanto los gobiernos como las empresas deben trabajar para mejorar las dificultades que enfrentan los alimentos en su camino hacia sus lugares de venta. Esto implica invertir en la mejora de las vías de transporte y actualizar los sistemas de almacenamiento, asegurando un manejo adecuado de los alimentos.
Pero las personas también deben adoptar modelos de consumo más responsables, adoptar compromisos cómo no comprar de más, cocinar lo necesario, verificar las fechas de vencimiento, aprender sobre el buen almacenamiento de los alimentos y no botar comida, en cambio, pensar en compartir o donarla serian estrategias interesantes que las personas pueden adoptar para disminuir el desperdicio de alimentos.
