La noticia de que la Superintendencia de Salud intervendrá la EPS Sanitas, que cuenta con más de 5,7 millones de personas afiliadas, tomó por sorpresa tanto a los trabajadores de la entidad como a los pacientes a los cuales les prestan sus servicios. Por ello, varios se han preguntado cuál será su futuro.
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Por lo pronto, lo que se sabe es que se trata de una intervención forzosa para administrar. Es importante recalcar que en el pasado ya ha intervenido otras EPS.
Sin ir más lejos, en junio del año pasado la entidad confirmó que había implementado una intervención forzosa administrativa contra la EPS Savia Salud que opera fundamentalmente en el departamento de Antioquia. Para ejecutar la medida, se designó un agente especial interventor que tuvo que presentar un plan de trabajo y a su vez trazar unas estrategias para mantener los servicios de la EPS.
Es decir, en la práctica la medida tenía el fin de garantizar “la continuidad y el mejoramiento cuanto antes de la prestación de los servicios de salud a la población afiliada en procura del respeto del derecho a la salud de estas personas, y el funcionamiento de la EPS de acuerdo con la normatividad vigente en el sistema de salud”, según señaló la Supersalud en un comunicado sobre la intervención de la EPS en Antioquia.
En otras palabras, de momento los usuarios de la EPS Sanitas pueden estar en relativa calma debido a que el Estado entraría a vigilar que se garantice su derecho al acceso a la salud. Los pacientes seguirán afiliados por la misma EPS y podrán acudir ante ella para radicar quejas, peticiones o reclamos relacionados con su atención en salud. Esto es distinto a una medida de liquidación, que se impone cuando la EPS es inviable y debe trasladar a sus afiliados a otras entidades porque no les garantiza sus derechos.
“Es importante que toda la población afiliadda a esta EPS tenga la certeza de que sus funciones van a continuar, no tienen que incurrir en ningún trámite administrtivo o burocrático. Durante todo este proceso se va a garantizar la continuidad de la prestación de servicios“, sostuvo Luis Carlos Leal, superintendente Nacional de Salud, que recordó que esto no es lo mismo que una liquidación.
Los problemas que trae la intervención
Pese a que en teoría la intervención no debería implicar un cambio sustancial para los pacientes, lo cierto es que los cambios administrativos que se implementan en las EPS después de una intervención sí pueden generar algunos traumatismos. Así lo han señalado, por ejemplo, algunas voces de la oposición.
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El representante a la Cámara del Centro Democrático, Andrés Forero, calificó la decisión de la Supersalud como “arbitraria” e incluso se atrevió a señalar que se trató de una medida de retaliación por el probable hundimiento de la reforma a la salud del Gobierno en el Congreso de la República.
“Hay que recordarle al país que las EPS que ya han sido intervenidas por este Gobierno, como Savia Salud, Emssanar o Famisanar, en lugar de mejorar después de la intervención, lamentablemente han visto cómo se deterioran sus indicadores y cómo empeora su atención. Quienes han pagado las consecuencias son los pacientes y los afiliados”, dijo Forero.
A su vez, indicó que no entiende por qué decidieron intervenir a Sanitas y no a otras entidades que también tienen problemas con sus indicadores financieros y sanitarios, como la Nueva EPS, cuyo accionista mayoritario es el Estado colombiano.
