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Finca de Piedad Córdoba: revelan los lujos que la senadora tenía en esta propiedad

La dirigente política tuvo el sueño de abrir un hotel en el Meta que no puedo llegar a concluir con su repentina muerte. Acá los detalles de la propiedad.

Lujosa finca de Piedad Córdoba en el Meta.
Facebook Finca Ari Ari Lujosa finca de Piedad Córdoba en el Meta.

Dos meses después del fallecimiento de Piedad Córdoba, la Finca Hotel Agroecológica Ari Ari, una de las propiedades más ambiciosas y lujosas de la exsenadora del Pacto Histórico, se encuentra en una situación incierta, mientras el país parece haber dejado de lado su memoria.

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Con la muerte de Córdoba, los secretos relacionados con los asuntos de dónde provino el dinero para adquirir esta propiedad se llevaron consigo a la tumba, mientras que su familia, junto a Luis Pérez Olaya, su compañero durante más de 15 años, aún conserva la finca.

Finca Ari Ari en el Meta de Piedad Córdoba: revelan los lujos que la senadora tenía en esta propiedad

La revista Semana hizo un viaje hasta esta finca y publicó este informe sobre la propiedad. Desde Puerto Lleras hasta la vereda, se tarda unos 20 minutos por una carretera pavimentada.  Aproximadamente cinco kilómetros de tramo que Córdoba intentó asfaltar, sin éxito debido a su prematura muerte. Reparó el acceso varias veces con material de río y, ocasionalmente, alquilaba retroexcavadoras para allanar temporalmente el camino por donde solía llegar con sus cuatro camionetas blindadas, escoltada hasta los dientes los fines de semana cuando se retiraba a su finca enclavada en la sabana de los Llanos Orientales.

Es la estructura más imponente de la vereda, quizás de toda la región, un oasis excéntrico en medio de vastas extensiones de pasto y algunos árboles.

A la izquierda de la hacienda, se encuentran las marraneras, uno de los atractivos de la finca agroturística, donde se crían y venden cerdos, proporcionando una fuente adicional de ingresos para la propiedad, o sustento cuando la exsenadora recibía visitas.

Un poco más adelante, un jardín exuberante con heliconias de colores vivos y palmas embellecen los alrededores de la finca, todos plantados siguiendo las recomendaciones de Córdoba.

Piedad falleció sin haber inaugurado oficialmente su establecimiento al público ni obtener el registro único de turismo necesario para operar.

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Aunque en Facebook se promociona desde 2020 como “el secreto mejor guardado del Meta”, con la promesa de abrir pronto sus puertas, la realidad es diferente. El número de contacto pertenece a Natalia Castro, la hija periodista de Piedad, quien administra las redes sociales, pero no ofrece información sobre la hacienda.

En una conversación telefónica, una de las herederas simplemente responde: “Buen día, el hotel no se ha abierto. Que esté muy bien”, sin proporcionar más detalles sobre la propiedad. La pandemia por el covid-19 retrasó el sueño de Córdoba de abrir las puertas al público, dejando la finca en un limbo incierto.

Luis Pérez Olaya, el compañero de vida de la exsenadora, era quien administraba la finca. Pérez Olaya, un colombiano graduado en Agroecología en La Habana, Cuba, un hombre de bajo perfil, fue el compañero de Piedad Córdoba durante los últimos 15 años de su vida.

La repentina partida de la líder antioqueña dejó en suspenso los planes para la hacienda y sumió todo en la incertidumbre. Aunque no hay confirmación oficial, en el pueblo es un secreto a voces que el destino de la Finca Ari Ari es incierto y podría terminar en manos de la justicia, que deberá decidir su futuro.

Por un lado, están los cuatro hijos de Piedad Córdoba, quienes probablemente reclamarán su parte de la finca como herencia de su madre. Por otro lado, está Luis, quien ha estado al frente de la gestión de la propiedad. “No hemos discutido nada sobre la finca, no se ha tomado ninguna decisión”, dijo Natalia Castro a Semana. Y un tercero sería la justicia, en caso de que confirme si el dinero provino de los supuestos negocios con Álex Saab.

Mantener 144 hectáreas requiere recursos económicos, y la exsenadora de izquierda era quien principalmente los proporcionaba. Las actividades agrícolas y ganaderas en la hacienda demandan dinero, desde la cría de animales hasta el mantenimiento de las instalaciones.

Hoy en día, solo trabajan cinco personas en la finca, pero hacen falta otras dos para que funcione adecuadamente, según un lugareño cercano al complejo turístico. Sin Piedad, los proyectos se han detenido, incluida la construcción de una piscina que estaba planeada como una atracción adicional. Quedó la excavación y la estructura de cemento, pero las baldosas no se llegaron a instalar.

La historia de Piedad en La Tigrera es conocida por todos en el pueblo. Allí, era considerada una figura importante, y su fallecimiento dejó un vacío palpable. La exsenadora solía frecuentar el billar y las canchas de tejo, compartiendo aguardiente y música con los lugareños.

Aunque la finca Ari Ari no ha abierto al público, Piedad celebró en privado la conclusión de varios proyectos relacionados con la propiedad. Invitó a trabajadores, residentes locales y personalidades del país a una celebración en la que se sacrificaron animales para alimentar a los invitados.

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La finca está decorada con exquisitos detalles, desde faroles y candelabros hasta jardines meticulosamente cuidados. La casa principal refleja el estilo afrocolombiano, con habitaciones identificadas con nombres de municipios del Meta, todas con aire acondicionado y adornadas con elementos regionales.

Aunque Piedad Córdoba era conocida por su vida lujosa y sus actividades en la ciudad, su incursión en La Tigrera y la inversión en Ari Ari siguen siendo un misterio para muchos. Aunque el futuro de la finca es incierto, la relación entre los hijos de Piedad y su expareja sentimental sugiere que las decisiones sobre la propiedad podrían ser más complicadas de lo que parece.

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