El Departamento Administrativo Nacional de Estadística, publicó el miércoles 15 de noviembre el informe del Producto Interno Bruto para el tercer trimestre del 2023, el cual arrojó un panorama negativo, pues el PIB fue de -0,3 %; una caída de más de 7 puntos porcentuales respecto al 7,4% que se registró en el mismo periodo del año anterior. Un terreno negativo que no sucedía desde 2020 cuando llegó la pandemia.
Este panorama, según el Dane, se dio ante la caída de las actividades económicas más relevantes, donde la industria manufacturera presentó la mayor contracción con -0.8 puntos; seguido del comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos automotores y motocicletas; transporte y almacenamiento; alojamiento y servicios de comida (-0,7 puntos porcentuales a la variación anual); y construcción (-0,4 puntos porcentuales).
Ante este panorama a la baja del crecimiento económico del país, el presidente Gustavo Petro se pronunció y dijo que Colombia tiene dos caminos: que “en la próxima oportunidad”, el Banco de la República baje la tasa de interés que actualmente se sitúa en 13,25 %.
Asimismo, “profundizar” una política fiscal contracíclica para así “aumentar la ejecución de la inversión pública”.
Sin embargo, el primer mandatario fue más allá y durante la ceremonia de los 104 años de la existencia de la Fuerza Aérea, le pidió al Congreso de la República abrir la discusión -pues está en sus manos y no en el Gobierno- de ponerle fin a la regla fiscal, pues dice, limita el rango de acción para hacer frente a la crisis.
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“El gobierno, que tiene la responsabilidad de bajar la inversión privada, debe crecer la inversión pública, con esto choco con que hay que reducir ambas, por eso el pensamiento neoliberal que tiene una estricta fórmula de marco fiscal que el que la construyó la violó, no debe mantenerse en Colombia, debe crecer la inversión pública y esa discusión la debe hacer el Congreso de la República aumenta la inversión pública ayudamos a crecer la economía”.
Esta propuesta también resuena en los sectores de Hacienda y Planeación, donde sus respectivos ministros también han pedido a los legisladores revisarla. “Vale la pena empezar la discusión porque esa modificación, cualquiera que sea, la aprueba el Congreso, no la aprueba el Gobierno por decreto, significa que hay que desarrollar todo un proceso”, aseguró Ricardo Bonilla.
“Eliminar la regla fiscal sería un error garrafal”
PUBLIMETRO habló en entrevista con Néstor Preciado, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de San Buenaventura, para entender qué significa la caída del PIB y las implicaciones que tendría de llegar a modificarse o eliminarse la regla fiscal.
¿Qué podría pasar si se modifica o elimina la regla fiscal en Colombia?
Lo primero que hay que entender es que la economía tiene como un juego dinámico de ingresos y egresos. En ese sentido, la regla fiscal, en términos coloquiales es como lo que pasa en un hogar. Todos tenemos un porcentaje y decimos nos podemos endeudar hasta x cantidad. Si nos pasamos ese monto, pues hay que sacrificar servicios, comida, los bienes necesarios. Es como si diéramos libertad para que cada quien se endeudaran lo que quisiera y eso no puede ser.
En ese sentido, eliminarla es un error garrafal, es darle vía libre al gobierno de turno para que se puedan endeudar con la cantidad de dinero que quiera y generar una sobredeuda de la que ya existe. Y dos perdemos prestigio, visibilidad y respaldo del manejo de nuestro fisco ante los entes internacionales y ante los inversores internacionales.
Entiendo que la medida es buscar que generemos mayor productividad y hacer que el producto interno bruto crezca, pero hay otras formas.
Precisamente, ¿cuáles son esas medidas que ayudarían a reducir la inflación y el costo de la vida en el país?
Es claro que los colombianos están consumiendo menos y eso genera que las empresas produzcan menos y el ciclo se va repitiendo.
Creo que si hay que ser un llamado al control de la tasa de interés de los bancos para que la reduzcan y se generen mayores inversiones, regresando así el escenario económico del país atractivo para la inversión privada nacional e internacional. A pesar de ello, este es otro indicador que hay que analizar y comparar sobre todo cuando la crisis de la guerra que estamos viviendo nuevamente se está agudizando y esto hace que el inversionista extranjero no mire nuestro país. Entonces el Estado tiene responsabilidad, pero también hay que darle la oportunidad al sector privado de participar en ese juego de garantizar producción.
¿Y la propuesta del presidente de “profundizar” una política fiscal contracíclica?
Si puede ser viable. Hay es que generar confianza en el consumo nacional, que el ciudadano colombiano se acostumbre a apoyar más la industria del país, de tal forma que los empresarios también tengan dinero para producir, pero también para contratar personas.
A la economía no hay que ponerle tinte político porque salen las polarizaciones y el objetivo es el bienestar, el crecimiento y el desarrollo de la sociedad.
¿No será mejor administrar lo que ya se tiene que quitarle techo a la regla fiscal?
Sí, es cierto. Cada año el Congreso aprueba el Presupuesto de la Nación. Ese recurso con el cual el país va a garantizar el desarrollo de su operación.
Sin embargo, las estadísticas del DANE demuestran que donde hemos tenido una mayor contracción es precisamente allí en lo público, el sector defensa, la misma administración del Estado.
Entonces, está bien que salgamos a hacer un conjunto de reformas, que pueden ser necesarias, pero también a la medida que estamos generándolas, hay que saberlas administrar.
¿Cómo siente el colombiano del común esa caída en el PIB?, ¿por qué debe importarle?
Lo siente al momento de comprar menos o producir menos. A menos producción, menos ingreso. Sin embargo, las contracciones más marcadas como consecuencia de la caída del PIB se perciben en los niveles de inversión del Gobierno, especialmente en temas de defensa y administración, aunque también se siente con fuerza en el estancamiento de sectores como el agropecuario, la construcción y el comercio que juntos empiezan a sumar puntos negativos. En ultimas, el colombiano de a pie hoy está limitando sus compras causando un efecto en la economía del país.